Ezra | Obelisco
NOCHE
Me encontraba en un estado deplorable, observe mis manos manchadas de tierra y sangre reseca, ya no podía distinguir si era mía o no. El cansancio era cada vez mayor, pero me negaba a dormir en esa celda, cerrar los ojos era como una invitación a que entraran y experimentaran conmigo, y el comienzo de la última vez no fue nada alentador.
El Alquimista se encontraba en alguna parte de aquel lugar, pero era muy probable que también se encontrara esa maquina que me haría retroceder al pasado, la que nos ayudaría a impedir que todo esto ocurriera, la que traería de vuelta a Leo, a Ellie, a Amy. Debía centrarme en lo prioritario, y El Alquimista no era una de ellas.
El grito de kaylee me sobresalto, le llame a ella y Noah para que me escucharan, me preocupaba que hubiesen venido en nuestra ayuda, pero eso me daría la oportunidad de despedirme de ellos como era debido.
Henry nos saco de las celdas y recogí mi tridente, el cual habían dejado allí en una esquina como una especie de burla, ahora lamentarían no habérselo llevado, al igual que las dagas de Idris.
Subimos un par de pisos y anduvimos por unos pasillos por los cuales resultaba inconfundible el paso de Verónica por ellos. Idris, quién iba en cabeza se detuvo en seco lo que hizo frenarnos a todos de golpe, cuando escuche el latido de varios corazones comprendí porque se había detenido. Un escuadrón apareció frente a nosotros, pero no era el V o uno de esos sintéticos, era el primero que creo Preston, el primero con poderes, humanos potenciados y demonios, los Adams Zero.
– [Henry]Son demasiados, tenemos que salir de aquí.-[/Henry] Henry agarro a Idris por el hombro y levanto la otra mano para que nos fuéramos agarrando a él.
Los Adams Zero aceleraron el paso hasta estar a escasos metros de nosotros.- [T]El humano potenciado se dispone a teletransportarse a un punto de este mismo complejo.[/T] – Añadió informando el tipo de piel oscura y pelo corto a lo mohicano como si hubiese escuchado a Henry.
– [SHE]Es un cibernético [/SHE].- Le dijo la joven rubia, a la cual llamaban SHE, mientras agarraba el brazo de Henry.
– [Easy]Se me ocurre una forma de pararles[/Easy].- Añadió la mujer de cabello negro mientras enarcaba una ceja. El maquillaje alrededor de sus ojos acentuaba el color azul de ellos y el vestido rojo que llevaba sin duda la hacia resaltar del resto.
– [A]Rodear y contactar.[/A] – Mando el que parecía ser el jefe, auque uno de los que le acompañaban le lanzo una mirada de malas pulgas, todo grupo parecía tener alguien que llevaba mal eso de recibir ordenes. Terminamos de darnos las manos y antes de desaparecer pude observar como prácticamente todos se lanzaban sobre nosotros.
– [Kaylee]No vamos a contarlo[/Kaylee].- Escuche decir a Kaylee a mi lado mientras se levantaba del suelo. Echando un vistazo a mí alrededor puede ver que estábamos en un lugar más amplio y no en un pasillo reducido, pero también puede ver como algunos de los Adams Zero comenzaban a ponerse en pie recuperándose del teletransporte de Henry.
– [SHE]¿Quieres que te lleve en brazos?[/SHE]- Le pregunto SHE a Henry mientras lo zarandeaba. Pude escuchar los latidos de su corazón, por lo que solo se encontraba inconsciente.
Recibí un puñetazo de un hombre con el pelo castaño y una cazadora negra bastante desgastada, los Adams Zero se habían lanzado al ataque y nos había pillado con la guardia baja.
– [Idris]Defendeos. Aprovechad sus debilidades.[/Idris] – Le devolví el golpe al que me había golpeado, no parecía tener ninguna habilidad o al menos no algo que pudiera hacernos daño. – [Idris]Elsa es mía….y otros siete u ocho…[/Idris] – Dijo Idris aludiendo a una joven de piel y pelo blanco que también controlaba el hielo. A mi lado SHE cogió a Henry en brazos sin apenas esfuerzo, sus ojos centellearon en un azul eléctrico y de una patada en la cara tumbo al que me había golpeado. Con una agilidad pasmosa, casi propia de una cazadora, fue esquivando los golpes y asestando otros simplemente con sus piernas.
– [Kaylee]Empiezo a entender lo de La Mesías[/Kaylee].- Comento Kaylee mientras se acercaba hasta mi. Con Noah corriendo a toda velocidad por la sala asestando golpes a los rivales, solo yo podía encargarme de la seguridad de Kaylee. Y no iba a dejar que nadie se acercara a ella.
– [King]No te escondas cachorro, yo te protegeré…[/King] – El tipo de antes que parecía no llevar muy bien lo de recibir ordenes se acerco hasta nosotros.
– [Ezra]Ponle una mano encima y estas muerto.-[/Ezra] Amenace levantando la punta del tridente hasta su cuello. Y no era una amenaza de palabra, si osaba tocarle clavaría mi tridente en su cuello.
– [King]No has dicho nada de zarpas.[/King] – Su cara cambió pero no parecía la propia de un licántropo, se asemejaba más bien a la de un vampiro, en cambio, sus colmillos, ojos y uñas eran las propias de un licántropo.
– [Ezra]No eres el único con zarpas.-[/Ezra] Clave el tridente en el suelo y lance un gruñido gutural. El tío sonrió, a su lado le parecería poca cosa, pero llevaba demasiada rabia dentro, una rabia que pensaba descargar en él. El tipo lanzo un primer zarpado, el cual me araño ligeramente en el brazo izquierdo. Cargue contra él y lo hizo retroceder dos pasos, pero se freno en seco. Con ambas manos me agarre a su cintura y clave mis uñas, él se revolvió y me levanto por los aires lanzándome hacia atrás. El tío se revolvió encima de mí y me agarro por el cuello apretando con fuerza, intente zafarme pero no podía, agarre su cuello intentando alejarlo, notaba como cada vez me costaba más respirar, me revolví y en un puro instinto animal de supervivencia le mordí en el brazo. El tipo soltó un aullido y la presión en mi cuello fue desciendo hasta acabar por soltarme. Una ráfaga de aire pasó a toda velocidad por mi lado y me lo quito de encima. Cuando me levante del suelo observe como Noah se frenaba en seco y el hielo en las manos de Idris desaparecía, el Obelisco volvía a estar activado.
[Noah]¿Qué hacemos ahora?[/Noah] – Pregunto Noah mientras cambiaba a su aspecto de demonio y seguía la defensa del grupo, si de por si con poderes resultaba difícil enfrentarse a ellos, no quería pensar lo que podría llegar a sucedernos ahora.
La mujer del vestido rojo se lleve una mano a la boca y lanzo un beso al aire seguido de una sonrisa, no comprendía lo que estaba haciendo hasta que note como la temperatura de mi cuerpo subía.
– [SHE]Mis órganos sexuales detectan un incremento de actividad[/SHE].- Añadió SHE algo confundida. En sus brazos Henry comenzaba a despertar.
– [Henry]Dios, eres preciosa.-[/Henry] El chico paso una mano por su cara apartando un par de mellones de pelo, acaricio su mejilla y fue acercando su cara poco a poco hasta la de ella. Aparte la vista y me encontré con Noah siguiendo a Kaylee mirándole el culo mientras ella levantaba un poco su camisa con picardía para que pudiera verlo.
Mire al frente y me encontré con la mujer del vestido rojo, algo dentro de mi me decía que me abalanzará sobre ella, le arrancara ese vestido y… Cerré los ojos evitando mirarla, sacudí la cabeza intentando despejar esa especie de nube que nublaba mi mente.
– [Y]Easy, detente. Esto es ridículo[/Y].- Escuche la voz de otra mujer, la cual parecía mayor. Abrí un ojo y la mujer del vestido rojo parecía decepcionada mientras apretaba un puño con fuerza note como mis hormonas y las de los demás volvían a la normalidad.
– [J]Detecto la firma genética de Verónica Preston en la sala.[/J] – Dijo uno de los Adams Zero que llevaba una especie de casco estrafalario. Mire a mí alrededor buscándola.
– [X]Está escondida detrás de esa puerta[/X].- Señalo una joven asiática de pelo corto a lo tazón. La joven con la que se había estado enfrentando Idris se acerco hasta la puerta y poso una mano en ella. La puerta comenzó a cambiar a un tono azulado por el hielo y con la presión acabo por estallar.
– [Kaylee]¡XANDER![/Kaylee]- El grito de Kaylee resonó con fuerza por toda la sala. Eche un vistazo a Xander y la habitación, la cual estaba repleta de armas.
– [Veronica]No podéis ganar[/Veronica].- Verónica levanto el arma que llevaba en la mano y comenzó a disparar. Aparte a Kaylee y me interpuse delante de ella. Cuando las balas cesaron Verónica había desaparecido, y con ella Xander. Los Adams Zero corrieron hacia la puerta tras ella olvidándose de nosotros.
– [SHE]Las posibilidades de supervivencia han aumentado[/SHE].- Dijo tras marcharse el último de los Adams Zero, al fijarme en ella observe como tenía el pelo ligeramente alborotado.
– [Idris]Tenemos que irnos ya, no habrá otra oportunidad.[/Idris] – Idris señalo hacia unas escaleras mientras se encaminaba a ellas.
– [Noah]No podemos dejar a Xander.-[/Noah] Noah se interpuso en su camino frenándole.
– [Ezra]Yo iré a por Xander. Noah, cuida de Kaylee.-[/Ezra] La mirada de Kaylee era una mezcla de enfado y preocupación. Recogí el tridente y seguí a los Adams Zero en la persecución de Verónica. Quise consolar a Kaylee con un abrazo, pero no quería que pareciera una despedida, sabía que volvería a verlos una vez más, que les devolvería a Xander antes de marcharme.
El corredor estaba repleto de cuerpos y sintéticos, las paredes manchadas de rojo y azul, y los cristales que conectaban el corredor con las oficinas y laboratorios estaban hecho añicos.
Mi mirada se cruzo con uno de los cadáveres, tenía la cara cubierta de cicatrices, algo en sus ojos que me resultaba familiar, pero era incapaz de decir el que era. Me arrodille a su lado y cerré sus ojos.
Escuche disparos en los laboratorios, al levantarme vi a Xander flotar y a Verónica distraída con el cibernético de los Adams Zero. Salte por encima de la ventana hasta la mesa e intente alcanzar la pierna de Xander pero Verónica se dio cuenta. Alejo el cuerpo de Xander de mí y en el momento que lo hacía recibió un disparo en el hombro y otro en la pierna. Sin duda no fue el movimiento más inteligente ya que eso la enfureció más, con su poder de telekinesis nos mando a ambos contra la pared en un instante, momento que aprovecho para huir de nuevo con Xander.
Me lleve las manos a la nuca dolorido, el cibernético de los Adams Zero se llevo un buen golpe ya que había dejado de funcionar. En el momento en el que me iba a levantar me encontré con alguien escondido bajo la mesa, no sabía si se trababa de alguien de La Iniciativa o alguien con el que habían estado experimentando, así que me acerque con cuidado.
– [Ezra]¿Te encuentras bien?.-[/Ezra] Le pregunte, pero en cuanto vi su rostro estuve a punto de lanzarme contra él – [Ezra]Tú…[/Ezra]
La expresión de El Alquimista cambio, de pavor paso a una de sorpresa seguida de una sonrisa histriónica – [Nicholas]¿Creo recordar que te mate?.[/Nicholas]
– [Ezra]Casi lo consigues.-[/Ezra] Le agarre del cuello de la camisa y lo saque con brusquedad de debajo de la mesa.
– [Nicholas]Te noto diferente.-[/Nicholas] Añadió entre risas mientras se arrastraba por el suelo.
– [Ezra]Lo que no te mata te hace más fuerte.-[/Ezra] Me arrodille junto a él y le agarre por el cuello apretando con fuerza. Amy no solo me había salvado la vida, me había hecho más fuerte. La sonrisa de su rostro se fue apagando, pero daba igual lo fuerte que le estrangulara, esa condenada piedra le mantendría con vida.
Deje de hacer presión contra su cuello y me levante, me había dicho que había cosas más importantes que él y aquí estaba, perdiendo un valioso tiempo. El Alquimista tosió un par de veces recuperando el aire, ya no parecía hacerle gracia, volví a ver el miedo en sus ojos, no quería que la gente me viera así, como un monstruo. El Alquimista salio corriendo y yo volví al pasillo a por lo que había venido, recuperar a Xander.
Según avance por el pasillo me encontré con algunos de los Adams Zero derrotados, pero no muertos. Verónica estaba herida y por más que desease poder había otra cosa que parecía desear más ahora.
El pasillo desemboco en una nueva sala amplia, en el centro encontré a Verónica, la cual tenía por el cuello a El Alquimista, como yo hasta hace un momento. Su fijación en el no le hizo fijarse en mi. Corrí hasta ellos y clave el tridente en la espalda de El Alquimista.
– [Ezra]No dejare que te lleves a este.-[/Ezra] Desde el momento en que Verónica le había sujetado por el cuello había comenzado a quitarle vidas, y si acababa quitándole la última, la suya, aquella que pertenecía a aquella persona antes de ser El Alquimista, le acabaría arrebatando su alquimia. Ya no era venganza, quería creer que estaba siendo misericordioso, era una muerte que estaba dispuesto a cargar con tal de no darle más poder a ella.
Los ojos de Verónica reflejaban rabia, soltó el cuello de El Alquimista y su cuerpo cayó al suelo, su aspecto ya no era joven, como en un suspiro, su cuerpo cambio al de una persona algo más mayor, la persona que debería de haber sido y no el monstruo que Preston creo. Por la mirada de Verónica sabía que no había conseguido su poder.
– [Ezra]No sé que pretendes hacer con él, pero no dejare que te lo lleves.-[/Ezra] Añadí mientras me aferraba a Xander. El brazo de Veronica se recubrio de acero, pero antes de recibir el golpe puse el tridente a la altura de mi cara para protegerme. El impacto nos lanzo por los aires tanto a Xander como a mí un par de metros. Verónica se disponía a acercarse, claramente a matarme, pero el ruido del pasillo por el que había venido hizo replanteárselo, las heridas comenzaban a pasarle factura, y fuese lo que fuese que planeara hacer debía de actuar ahora. Seguía aferrado a Xander, no podía usar la telekinesis para cargar con él, si lo hacía me arrastraría con él. Verónica fue retrocediendo hasta una puerta tras ella, antes de desaparecer tras ella vi algo que nunca había visto en ella, una mirada que conocía muy bien, una mirada de pérdida, dolor y tal vez… amor.
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