Diana | La Nave
NOCHE

Una vez salimos de La Iniciativa (por los pelos), los refuerzos de Louna, así como los Satellites, Sasha, Logan y su novio Hiroshi, decidieron que era mejor no acompañarnos a La Nave.
Estaba tan enfadada que temía que en cualquier momento empezase a salir vapor por mis orejas, como si fuera una olla exprés de emociones, sentimientos y hormonas. Mientras Mara trataba a Daniel en su apartamento, los demás estábamos sentados en la sala de reuniones sin decirnos nada: Dom jugueteaba con su móvil ajeno a lo que pasaba a su alrededor, seguramente estuviera enviándole mensajes subidos de tono a Rebecca; Cara estaba sentada sobre el regazo de Daakka en una silla que iban a partir en cualquier momento; Sarah permanecía de pie esperando las noticias de Mara y Christopher me observaba como reprochándome que no supiera lo que estaba haciendo Ed, porque ni siquiera me dignaba a mirarle. No se lo merecía.
Estábamos exhaustos física y mentalmente, pero también enfadados y dolidos, llenos de magulladuras físicas y psicológicas. Esperábamos a que Daniel se recuperase y con él, nuestra amistad, pero iba a ser difícil. Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo y algunos (NO MIRO A NADIE), se habían comportado como unos cobardes, especialmente Ed. ¿Qué coño? Sobre todo Ed. Puto Ed, que ni siquiera había sido capaz de llamar para preguntar cómo estaba yendo mi embarazo. Menos mal que me quería tanto y que era casi como su hermana la buenorra.
La sala de reuniones, que estaba pensada para ser un lugar donde divertirnos y hablar, era en ese preciso instante una estancia inhóspita en la que reinaba el mal rollo.- [Sarah]¿Cómo está Daniel? ¿Cuándo podré verle?[/Sarah]- Sarah interrumpió mis pensamientos cuando Mara apareció en la estancia con una bata de médico improvisada y manchas de sangre. Daba más miedo así que cuando era un vampiro.
– [Mara]De momento…no puedo decirte mucho, lo siento[/Mara.- agachó la cabeza y se quitó la bata para dejarla en el cesto de la ropa sucia.- [Mara]Ha…perdido mucha sangre. Quizás….debería ir a un hospital[/Mara].- propuso agachando la cabeza.
Sarah se dejó caer en el sofá derrotada. Conociéndola, se sentiría profundamente culpable y no podía consentir que mi hermana sufriera, porque entonces me daban ganas de llorar y si empezaba a llorar, no pararía.- [MacLeod]Normalmente estaría de acuerdo con Mara, pero las heridas de bala hacen necesarias muchas explicaciones.[/MacLeod] – se lamentó pasándose una mano por la cara, mientras la morenaza se iba a la cocina a preparar algo de beber, porque el ambiente estaba tenso.
– [Dom]Si vemos que la cosa no mejora, siempre puede ir Bill con él en calidad de agente de policía[/Dom].- propuso Dom sin soltar el móvil. ¿Qué estaría escribiendo? ¿Si se despistaba podría leerlo?
– [Sarah]La culpa es mía[/Sarah].- apuntó mi hermana con una mano en la frente y tuve que intervenir colocándome a su lado.- [Diana]Si quieres, vamos a empezar a lamentarnos por todo, que así es cómo se van a arreglar las cosas[/Diana].- le pasé una mano por el pelo.- [Diana]Yo voy a cagarme en MacLeod, porque por su culpa parezco un huevo Kinder[/Diana].- sonreí y cuando mi mirada se cruzó con la de Christopher, fruncí el ceño: ser una máquina de fabricar bebés humanos no tenía ni puñetera gracia.
Él me devolvió la mirada con cariño.- [MacLeod]Sabía lo que hacía cuando fue a rescatarte. Dudo que se arrepienta.[/MacLeod] – le aseguró. – [MacLeod]Se pondrá mejor. Lo demás…aprenderemos a controlarlo, igual que todo.[/MacLeod] – se sentó a su lado y colocó una mano en el hombro de Sarah, por lo que parecíamos unos padres macizos (mucho).
La nueva habilidad de Sarah consistía en joder todos los poderes del grupo mientras ella estuviera cerca. No tenía ninguna gracia, la verdad.- [Diana]¿Puedo cagarme en más cosas? Pues me cago en Ed[/Diana].- apunté mirándole desde mi posición. Él se había mantenido en la silla más alejada al resto con la vista clavada en el suelo. Desde que nos habíamos encontrado, no nos habíamos dirigido la palabra y por mí, podíamos estar así eternamente.
– [Cara]Cara Elle no comprende esas cosas de cagarse, porque nunca nadie lo hace[/Cara].- farfulló Cara por lo bajo sin moverse de su posición.
– [Dom]Consiste en maldecir algo que odies, por ejemplo, «me cago en el maldito Preston»[/Dom].- al escuchar a Dom decir eso, me di cuenta de lo mucho que había cambiado: no hay nada como mojar el churro habitualmente.
– [Cara]Pero no hay caca, así que no tiene sentido[/Cara].- añadió negando con la cabeza.
Me acomodé en el sofá notando cómo la mala leche bullía en mi interior.- [Diana]Hablando de mierdas: ¿va a ir alguien más al Palacio de Z o creéis que ya hemos hecho bastante el gilipollas? También está la opción de unirte a la corporación malvada de tu padre[/Diana].- volví a fijar mi vista en Ed, que no dejaba de mirar al suelo, como había hecho desde que llegamos a la Nave. Sabía que era una persona que huía de los conflictos, pero nos había dejado tiradas después de la muerte de mi hermana y me iba a escuchar.
– [MacLeod]Diana…[/MacLeod] – Christopher me puso la mano en el brazo, intentando que me calmara, pero no pensaba hacerle caso. – [MacLeod]Lo hemos pasado muy mal separados, pero por suerte volvemos a estar juntos. Y ese alivio a veces nos hace decir cosas…[/MacLeod] – puntualizó y me quedé callada. Ni siquiera me dejaba quejarme.
El ruido de unos pasos me hizo fijarme en que Mara venía con una bandeja con tazas, una cafetera y un termino que supuse que tendría chocolate en su interior.- [Mara]He…traído café y chocolate[/Mara].- comentó con su timidez habitual y al primero que se acercó fue a Ed. Chasqueé con la lengua molesta, porque no se merecía ser el primero en nada y me daba igual si estaba siendo infantil.
Mara, sin preguntarle, le tendió una taza de chocolate y, cuando sus dedos se rozaron, él habló.- [Ed]Gracias…[/Ed]- no tenía derecho a poner cara de perro abandonado. Ni siquiera tenía derecho a estar sentado en esa silla, porque esa silla era para los Moondies y él ya no era nada, sólo un abandona-amigas.
– [Mara]De nada…está bien…que estés por aquí de nuevo[/Mara].- Mara hizo un intento de sonrisa que él ni se molestó en corresponderle, porque ahora iba de deprimido por la vida. Que se casaran, ya que se querían tanto.
– [Sarah]Será mejor que nos tomemos el chocolate y solucionemos las cosas en otro momento. Ahora mismo, todo está demasiado reciente[/Sarah].- propuso Sarah en tono conciliador, mientras le agradecía a Mara su taza de chocolate.
– [Dom]La almohada, el mejor de los confidentes[/Dom].- apuntó Dom dando un sorbo de café, que seguro que iba aliñado.
– [Diana]Pues sí que te va mal con la parienta cuando tienes que hablar con almohada[/Diana].- sonreí bebiendo el chocolate a tragos largos. Sabía a gloria y quería más. Quizás ocho tazas calmarían mi ansia.
Teníamos tanto que decirnos que las palabras no salían y estuvimos prácticamente en silencio hasta que llegó la hora de irnos, porque era tan tarde que temía caer redonda en el suelo como si fuera un Sim, de esos que sólo molaban para encerrarlos y que se murieran. A lo mejor debía crear uno que se llamara Ed :D. – [Daakka]Si Selardi quiere. Podemos quedar con Sarah para cuidar de Daniel.[/Daakka] – ofreció Daaka, que con la ropa de Duke medio reventada daba un poco de miedo.
Sarah, aunque según ella, no estuviera con Daniel oficialmente, iba a pasarse la noche cuidándole y Cara también. El traidor no sabía lo que iba a hacer, ni me importaba y Dom supuse que se iría con su parienta.- [Diana]El vejestorio y yo nos vamos a casa, porque necesito poner los pies en alto y darme un baño de tres horas[/Diana].- anuncié poniéndome en pie mientras me sujetaba la barriga. Esta meona cada día estaba más gorda y de paso, yo también.
Le di la mano a Christopher dispuesta a salir, pero antes, me despedí de Sarah con un beso en la mejilla y de los demás, con un gesto cariñoso con la mano, excepto del traidor, que no se merecía nada.- [Diana]Hasta mañana, bombones[/Diana].- dije guiñando un ojo y encaminándome hacia la puerta.
El problema era que para pasar por la puerta, tenía que acercarme a la silla en la que estaba sentada…ése. Cuando llegué a su lado, noté una mano que me sujetaba el antebrazo. Rápidamente, me liberé de ella, como si tuviera alguna enfermedad contagiosa.- [Ed]Diana… yo…[/Ed]- sus ojos se cruzaron con los míos, pero aparté la vista. Sé que Christopher quiso decirme algo, pero se contuvo.
– [Diana]Ahora, no[/Diana].- le solté con brusquedad y al ver que la sala de reuniones se había quedado en un silencio sepulcral, añadí de mala gana .- [Diana]En otro momento[/Diana].- y salimos de allí en dirección al coche.
Una vez estuvimos dentro, mientras Christopher giraba la llave del contacto, me dijo.- [MacLeod]Sé cómo te sientes, por eso no voy a decirte que tienes que hablar con Ed. Tú misma sabes que le has echado de menos.[/MacLeod]
Su mano me acarició la espalda y entonces, me derrumbé. La olla exprés de emociones, sentimientos y hormonas en la que me había convertido, empezó a soltar lastre en forma de lágrimas.- [Diana]Se fue cuando más le necesitábamos…[/Diana]- dije finalmente sin poder controlarme.
– [MacLeod]Lo sé cariño. Háblalo con él, será mejor para los dos. Pero ya ha pasado.[/MacLeod] – sujetó mi mano, la besó y dejamos La Nave atrás.
Pero no era tan sencillo. Estaba tan dolida, que estaba segura de que nunca iba a ser capaz de perdonarle.
Ojalá me equivocase.
As the friendship goes resentment grows
We will walk our different ways
FIN DE CAPÍTULO
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