Sasha | Hotel White Candle
NOCHE | 19 DE ABRIL
Miré un par de veces la instantánea que tenía entre mis manos. Sarah me había convencido para pasar por la zona que llamaban ‘Photoshoot’ y me había animado a hacerme unas cuantas fotos, una de ellas con unas enormes gafas blancas en la que aparecía poniendo morritos. En otra, que se había quedado Sarah, salíamos las dos espalda contra espalda, formando una pistola con las manos. A veces me preguntaba si cuando estaba junto ella era yo misma o una versión mejorada y no podía evitar sentirme abrumada.
Suspiré y la guardé en el bolso de mano que reposaba sobre la mesa, que en ese momento se encontraba vacía. Miré a mi alrededor y me sentí una extraña. Mi primera idea fue decir que no a la invitación, pero era una oportunidad para pasar más tiempo con Sarah y cuando mi cabeza pensaba «no», mi boca estaba diciendo «sí». Así que allí estaba, en aquella carpa decorada en tonos violetas y flores frescas con la música que venía de la mesa del DJ a todo volumen, mientras tamborileaba con los dedos en el mantel.
Lucy había arrastrado a Ed a la pista a ritmo de una canción que parecía de Marc Anthony y mientras bailaba a su lado, él parecía estar deseando que se abriera un agujero bajo sus pies.- [Lucy]Traidoooraaaaaa te sigo esperaaaandooo…[/Lucy].- berreaba ella moviendo sensualmente su culo, por lo que decidí apartar la vista.
Diana parecía a punto de explotar en cualquier momento y aunque la fiesta seguía, sabía que Sarah estaba inquieta porque no dejaba de mirarla.- [Amber]¿No bailas?[/Amber]- me preguntó Amber, la amiga de la infancia de las Echolls que se había sentado a mi lado y que estaba como un queso.
– [Sasha]Voy a salir a tomar el aire[/Sasha].- resumí guiñándole un ojo y pasé por la barra libre para pedir un gin tonic, que me llevé al exterior en el que estaban los fumadores dándole al vicio. La abuela de Sarah, que estaba dándole caladas a un cigarrillo, me dedicó una mirada larga cuando pasé por su lado. Sin duda, era la que peor me caía de la familia.
Seguí caminando hasta que estuve lejos del alboroto y ya no se escuchaba a Dominic cantar con voz ronca mientras rozaba su entrepierna contra el culo de Rebecca. El mar estaba en calma y no había nadie en la playa, así que me senté olvidándome de las manchas que le saldrían al smokin.
Le di un par de tragos al gin tonic, que me supieron a mierda y me pareció escuchar cómo alguien se acercaba. Lo normal sería no escuchar a la gente caminar por la arena, pero mis sentidos agudizados tenían algunas ventajas.- [Sarah]¿Estás bien?[/Sasha]- escuché decir a Sarah, que con aquel vestido verde parecía sacada de algún sueño, seguramente uno mío.
– [Sasha]He salido a despejarme un poco[/Sasha].- resumí dándole otro trago al gin tonic.
– [Sarah]¿Lo estás pasando bien?[/Sarah]- preguntó agachándose para estar a mi altura. No tardó en llegarme su olor y quise enterrar la nariz en la copa.
Tomé aire – [Sasha]Es un poco frustrante.[/Sasha] – admití. – [Sasha]Todo el mundo me trata…bien, menos tu abuela[/Sasha] – añadí forzando una sonrisa.
Sarah me devolvió la sonrisa.- [Sarah]Si hubiese pensado que te iban a tratar mal, no te habría invitado[/Sarah].- me explicó.- [Sarah]Y lo de mi abuela es normal, porque no le cae nadie bien. Lo raro sería lo contrario[/Sarah].
Nos quedamos en silencio y ella se sentó en la arena. Seguramente, estuviera estropeando su vestido, pero no me importó. Sarah era como un soplo de aire fresco, como si todo lo bueno y lo bonito del mundo se hubiese condensado en una sola persona.- [Sasha]Antes de conocerte, te odiaba.[/Sasha] – aseguré deteniéndome su perfil. – [Sasha]A veces, lo echo de menos.[/Sasha].
– [Sarah]Puedo ser odiosa si te hace sentir mejor[/Sarah].- compuso una mueca que consistía en subir su nariz e imitar a un cerdo.
– [Sasha]A estás alturas ya te conozco, S.[/Sasha] – no pude evitar reírme. – [Sasha]Ni siquiera le caigo mal al pelirrojo.[/Sasha]- me quejaba porque no me trataran mal, pero estaba tan acostumbrada al rechazo que cuando me trataban bien no sabía cómo comportarme.
– [Sarah]Lo siento[/Sarah].- se encogió de hombros con una cara burlona y me fijé en que tenía el vello de sus brazos de punta. Por mucho que pareciese verano, seguíamos estando en abril.
– [Sasha]¿Quieres acercarte? Puedo darte calor[/Sasha] – sé cómo había sonado y era esa mi intención. Culpable.
– [Sarah]Claro[/Sarah].- se acercó hasta mí y se acurrucó bajo mi brazo. No es que fuera mucho más corpulenta que ella, pero creo que encajábamos bien.
Noté cómo una ráfaga de aire se arremolinaba a nuestro alrededor, pero no era simplemente viento, sino que parecía música. Y en ese momento, tuve la necesidad de decirle lo que sentía…cantando.
– [Sasha]Llevo un mes o dos
siendo la inquilina de un corazón
que no me corresponde…
Creando la confusión
dejándome aturdida y sin compasión
me estás pegando fuerte…[/Sasha]- empecé diciendo a su oído.
– [Sasha]Arrastrado tus cadenas
por la noche cerrada y gris
las oigo como vienen hacia mí
Afinas tu arco en do
y apuntas tu saeta a mi pulmón,
no quieres que respire
Y entonas una oración
pidiendole a los dioses mi destrucción
y quieres que termine…
Perfumando cada escena
con olores de jazmín
intoxicando el aire, pobrecita de mí[/Sasha].- Sarah escuchaba atentamente mientras le decía todo lo que pensaba, que salía a borbotones. Lo que sentía por ella era como una herida abierta y algo me estaba obligando a abrirla en canal.
– [Sasha]Shalalala ohhh, pide perdón
Shalalala ohhh, pide perdón
Dejemos que nos miren
que juzguen y que dicten
de quién ha sido el error[/Sasha].- me puse en pie y tiré de ella para que bailara conmigo.
– [Sasha]Peleando como un cabrón
abriendome en canal por el esternón
partiéndome la espina
Solo conseguí amor
amor que ahora domina mis actos
yo no sé donde me guía
Sólo se que sus virtudes
ya no tienen efecto en mí
ojalá dure mucho el mes de abril[/Sasha].- la atraje hasta mí y bailamos juntas.
– [Sasha]Shalalala ohhhh, pide perdón
Shalalala ohhhh, pide perdón
Somos como niños que todo lo consiguen
llorando y dando voces mientras que nos obligen
¿Hasta dónde vamos a llegar?
Dejemos que nos miren
que juzguen y que dicten
de quién ha sido el error[/Sasha].- le acaricié el pelo y me separé de ella, sabiendo que si no lo hacía podría tener un problema con el pelirrojo y no me convenía.
Volvimos a sentarnos cuando la música cesó y decidimos hacer como si no hubiera pasado. No estaba preparada para tener esa conversación.- [Daniel]Las playas de Merelia son impresionantes[/Daniel] – escuché decir al pelirrojo, que se había quitado la corbata y se había aflojado unos cuántos botones de la camisa. – [Daniel]Os he traido un cóctel que acaban de preparar, casi no lleva alcohol.[/Daniel] – nos lo tendió y yo musité un «gracias» observando de reojo el gin tonic que había acabado tirado en la arena.
– [Sarah]Gracias[/Sarah].- Sarah le dio un beso rápido en los labios y tuve que apartar la vista, mientras daba un trago de aquel ‘San Francisco’, que me hacía parecer una señora de sesenta años de fiesta con el grupo de manualidades.
– [Daniel]Me alegra que estés aquí.[/Daniel] – me dijo y no supe qué responderle. – [Daniel]Os dejo disfrutando de la compañía.[/Daniel] – me despedí de él con la mano y los ojos de Sarah se cruzaron con los míos.- [Sarah]Eso que has cantado antes…¿de verdad te sientes así?[/Sarah]- me lo preguntó con suavidad y le dio un sorbo a su cóctel, que le dejó una marca en el labio superior.
– [Sasha]Si lo siento o no, llego un poco tarde.[/Sasha] – forcé una sonrisa tensa y ella llevó su mano a la mía, que estaba clavada en la arena.
– [Sarah]No sé qué decirte para hacer que te sientas mejor[/Sarah].- suspiró todavía con su bigote de cóctel. Hasta en eso era adorable la muy…
– [Sasha]No tienes que salvar a todo el mundo, S. No soy tu caballero pelirrojo. He hecho cosas malas de verdad, cosas que a una Princesa Disney como tú le pondrían los pelos de punta y de las que no me arrepiento. Estoy intentando ser mejor para estar cerca de ti, de vosotros[/Sasha].- Sarah quiso intervenir, pero seguí hablando. Quizás fuera lo mismo que me había obligado a cantar.- [Sasha]Déjame terminar o no seré capaz de decirlo. La cuestión es que yo…yo quería vengarme de los lameculos de Z, porque me la arrebataron y apareciste tú, que eras…como puto foco de luz y…lo jodiste[/Sasha].- solté una carcajada sarcástica.
– [Sarah]¿Y ahora…?[/Sarah]- me invitó a seguir hablando. Ahora que hacía falta que me callara.
– [Sasha]Límpiate el bigote, porque no te puedo tomar en serio[/Sasha].- le pedí y lo hizo sonriendo.- [Sasha]Ahora puedo ser tu amiga y sentir cómo me arrancas el corazón cada vez que sé que nunca podré besarte o puedo irme lejos y perderte antes de haberte tenido[/Sasha].- cuando lo dije, me sentí mal. «Nunca te enamores de una hetero». «Nunca te enamores de tu amiga». «Nunca te enamores de una hetero, que es tu amiga y tiene novio». Había hecho pleno.
Sarah dejó la copa clavada en la arena y quiso darme un beso en la mejilla, pero giré la cara para que me lo diera en la boca y joder, me supo a gloria. No era un movimiento elegante, pero mientras sus labios estaban en contacto con los míos creo que fui a la Luna y volví unas tres veces. Si besaba así, necesitaba saber cómo hacía otras cosas.
El beso duró poco más de diez segundos y no hubo lengua, lo que fue un poco decepcionante.- [Sasha]Ya te he dicho antes que nunca me arrepiento de nada[/Sasha].- me puse en pie y la ayudé a levantarse.
– [Sarah]No debería haberme fiado de ti[/Sarah].- comentó limpiándose la arena del vestido, mientras yo recogía las copas.
– [Sasha]Vamos antes de que te arranque el vestido, S.[/Sasha]- bromeaba, pero en realidad estaba deseando hacerlo.
Sarah se agarró de mi brazo y caminamos juntas dejando la playa atrás. Cuando volvimos a estar en la zona que solía estar ocupada por los fumadores, Daniel nos estaba esperando.- [Daniel]Creo que deberías bailar con Sarah mientras repongo fuerzas.[/Daniel] – reprimió un bostezo fingido y me guiñó un ojo.
Ed había conseguido sentarse y Dominic estaba bailando con Lucy y con Rebecca. No muy lejos de ellos, Duke y Cara daban saltos como si estuvieran en una clase de zumba. Sarah tiró de mí al ritmo de una canción de que hablaba de encontrarse y empezamos a bailar. Primero, con timidez, porque su abuela Hilda nos miraba atentamente, pero después, sin miedo.
Karen estaba bailando con Logan, que parecía deseando que se lo tragara la tierra, mientras que Mia intentaba mantener una distancia prudencial con Daniel, pero con sus tetazas era imposible. Vincent y Mara, no muy lejos de los novios, bailaban con Idris en brazos. Los únicos que parecían más inquietos eran Christopher y Diana, porque su hija parecía estar deseando llegar al mundo.
No estaba tan mal esto de ser Moondie.









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