Sarah – Bosque de los lobos

Noche

Me sentía culpable por cada persona que resultó herida aquella noche, por los que perdieron la vida incluso aunque fueran de moral cuestionable (¿Quién era yo para juzgar a nadie?) y por cada destrozo de la ciudad. Mi cuerpo no daba muestras de cansancio físico, porque no dejaba de ser una máquina de matar y en mi genética de Cazadora no existía la opción de «batería baja», al menos no de la misma forma que para el resto del mundo, pero sí que estaba agotada psicológicamente. Enfrentarme, primero a mis miedos a manos de El Rey Negro y después a Aaron, que era tan indestructible como parecía, hicieron que combatiese de manera mecánica, prácticamente sin pesar.

Por si eso no fuera bastante, tuve que intervenir para ayudar a Daniel y a Dom mentalmente, por lo que Sasha, que luchaba a mi lado de manera feroz e incansable, tomó las riendas en varias ocasiones. Si alguna vez me retiraba, ella era una apuesta segura, pero las Cazadoras no cotizaban en la Seguridad Social ni se jubilaban porque se morían antes. Buffy y yo éramos dos «rarae avises», porque seguíamos vivas gracias a la gente que nos apoyaba (ella no sería nada sin los Scoobies y yo tampoco sin los Moondies). Además, yo estaba embarazada. Ya está: ya lo he dicho.

Si Daniel sospechaba algo, lo disimulaba bastante bien y, como no tenía ningún síntoma además del obvio, podía pelear sin que me afectase en absoluto. Por una vez tenía que dar gracias a mi condición de Elegida, porque el embarazo de Diana no había sido tan divertido.

Un varazo en la cabeza de Aaron me sacó de mis pensamientos. Él, claro está, no se inmutó, pero Sasha parecía un poco molesta.- [Sarah]Esto es absurdo[/Sarah].- me quejé de viva voz.- [Sarah]Ni tú ni yo tendríamos que estar luchando. Eres un buen tío, Aaron[/Sarah].

– [Aaron]Te respeto Sarah, pero te interpones en el camino de destronar a un esclavista asesino.[/Aaron] – hablaba de Preston y no andaba muy desencaminado. Le faltaba añadir que también erar un psicópata que le había intentado joder la vida a su hija.

– [Sarah]¿Y crees que así vais a conseguir algo?[/Sarah].- Aaron quiso responderme, pero en medio de aquella locura, de aquel caos absurdo, en mitad de un claro del bosque que había pocos metros más allá de nuestra posición, aterrizó Mia, que cargaba con Beatrix de mala manera.

Me cagué en todo, dejé a Sasha pegándose con El Rey Blanco y corrí hasta ellas esquivando golpes, llamaradas y sobre todo, miradas inquisidoras. Instintivamente, me pasé la mano por la barriga, pero la piel de Fafnir protegía a mi pequeña alimaña y el traje de Lucy evitaba que las miradas se posaran en mi todavía incipiente vientre de futura madre.

– [Sarah]Wing, ¿qué narices estáis haciendo aquí?[/Sarah]- pregunté cuando me detuve y vi a mi amiga vestida con su cosplay de griega y a Beatrix, que llevaba un sencillo vestido de color gris, a juego con su mala cara.- [Sarah]¡Que vas vestida de griega, por Dios Santo![/Sarah]- exclamé perdiendo un poco la paciencia. Me fijé en que la guerra se había detenido. Era como si estuviéramos en el ojo del huracán de aquella tormenta que era La Batalla de Moondale.

– [Mia]Como no me habéis hecho traje, he tenido que improvisar[/Mia].- puse los ojos en blanco, porque no tenía ni tiempo ni ganas de discutir y señalé a Beatrix con la cabeza, pero no pude decir nada, porque Z, el desgraciado que había provocado todo esto, empezó a acercarse a nosotros sin ninguna compañía. Solo le faltó que empezase a sonar una canción épica. Z y su traje blanco impoluto. Supongo que lo llevaba de ese color porque quería que pensáramos que su conciencia  iba a juego.

Le pedí a Wing que se pusiera detrás de mí y vi que Beatrix se adelantaba para acercarse a su…bueno, a él.- [Beatrix]Siegfried, esto tiene que parar ahora mismo[/Beatrix].- pidió ella con suavidad. Miré a mi alrededor y vi que nadie se atacaba. Si hubiera aprendido a usar mi poder habría podido detenerlos a todos, pero nunca fui capaz de hacerlo, porque temía perjudicar a mis amigos y eso me bloqueaba. «Podrías ser imbatible», me repetía Leonard Foster, pero yo tenía tanto miedo de lo que podía hacer, que me quedaba paralizada.

-[Z]¿Beatrix?[/Z]- preguntó Siegfried como si no terminara de creerse lo que veía. A veces, vivir demasiado debía ser una carga. Las manos de Z se posaron en el rostro de su chica y negó con la cabeza, contrariado. Y entonces, alguien por el que no habría dado un duro, salió de entre las sombras. Era Dimitri Soloviov (Mental), el alfil negro, caminó con paso tranquilo hacia ellos.- [Mental]Z, tengo que algo que mostrarle[/Mental].- su poder era tan abrumador que todos los que estábamos allí pudimos ver con claridad lo que le estaba enseñando. Vimos al bando negro conspirar en su contra, a los Reyes Negros intercambiando las muertes de Seraph y Abel, a Leprechaun reteniendo a Beatrix y a Ed ayudando a Beatrix a salir de la cabeza de Tess.- [Mental]Hay más, pero por ahora será suficiente[/Mental].

– [Aislinn]Es un mal truco, Z.[/Aislinn]- espetó la Reina Negra que había permanecido a escasos metros de nosotros, escuchándolo todo.

-[Mental]No lo es[/Mental].- sentenció aquel hombre, que no sabía exactamente a qué estaba jugando.

La Reina Negra dejó escapar una carcajada.- [Aislinn]Diría que me sorprende, pero siempre supe que eras un blandengue, Dimitri[/Aislinn].- sacó un alfiler del bolsillo de su gabardina: nos estaba amenazando.

—[Beatrix]Tienes que retirar a tus peones de esta batalla sin sentido[/Beatrix].— le pidió Beatrix a Z ignorando la amenaza de La Reina Negra.

Mental nos mostró cómo El Rey Negro asesinaba a Abel y cómo La Reina Negra hacía lo mismo con Seraph. Quise cerrar los ojos para evitar el horror, pero estaba en mi mente y las imágenes se habían grado a fuego.- [Z]Basta, no quiero ver más[/Z].- pidió Siegfried. Si no lo hubiera hecho él, lo habría dicho yo.

– [BlackMask]Estaba cansado de fingir[/BlackMask]. – la voz gutural del Rey Negro me puso los pelos de punta. Caminando despacio, se acercó a un Russell que no se lo había tomado muy en serio y le partió el cuello. Nadie se inmutó. Estábamos tan conmocionados que no fuimos capaces de reaccionar.

-[Z]Traidores. No sois más que escoria[/Z].- a nuestro alrededor, los que quedaban del bando blanco y gris se dispusieron en formación de ataque contra el bando negro, a excepción de Mental. Nadie se movía, pero todos estaban atentos, mientras nosotras, junto a Z, permanecíamos en el epicentro.

— [Beatrix]Deberías irte[/Beatrix].- Beatrix parecía muy preocupada por Mia.- [Beatrix]Gracias[/Beatrix].- le dio un abrazo rápido y Mia desplegó las alas dispuesta a marcharse. Todo podía salir mal y así fue.

— [Aislinn]No tan deprisa[/Aislinn].— siseó la Reina Negra y se pinchó en el dedo índice de la mano izquierda. En ese momento, Wing cayó al suelo inconsciente. Dejé escapar un grito y fui hasta ella, que no se movía. Estaba tan nerviosa que no era capaz de comprobar si respiraba.- [Sarah]¿Qué le has hecho?[/Sarah]- chillé horrorizada, incapaz de contener las lágrimas.

– [Aislinn]Mucho menos de lo que se merecía[/Aislinn].- Aislinn me miró con superioridad y quise hacerle daño de verdad, pero no podía porque era humana.- [Sarah]Beatrix…ne…necesito que mires si está bien[/Sarah].- no encontraba a nadie más que me inspirase confianza y no era capaz de pensar con claridad porque una de mis mejores amigas yacía en el suelo. Beatrix asintió y quiso acercarse.- [Aislinn]Ah, que lo que quieres es que respire…[/Alisinn]- Wing empezó a respirar a bocanadas, pero no tuvo tiempo de hablar, porque no podía dejar de gritar de dolor. Se retorcía en el suelo y me miraba con lágrimas en los ojos.

– [Sarah]¡PARA![/Sarah]- le ordené a la Reina Negra. No encontraba a mis amigos y nadie hacía nada por nosotras. Z no quería intervenir y el miedo a infringir mi propio código moral me dejaba sin armas contra una psicópata. Ojalá hubiese sido como Dexter Morgan y hubiese tenido un «Código de MacLeod» para poder echarle la culpa, pero él siempre había apoyado mis decisiones y mi libre albedrío.

Lloyd, el Rey Gris, desevainó su espada, pero la Reina Negra lo redujo a cenizas con un simple movimiento de su magia. Ni siquiera sé qué le hizo, porque se desintegró ante nosotros, como si la edad que tenía realmente se hubiera revelado.

En cuanto eso sucedió, los activos empezaron a liberarse y a rebelarse contra sus improntas, como si alguien los estuviese desactivando. El caos se esparció de nuevo y la guerra volvió.- [Aislinn]Me estoy cansando de tus juegos, Mental[/Aislinn].— le amenazó la Reina Negra al descubrir que era él el que estaba haciendo eso.

Tenía a Wing entre mis brazos. Le acariciaba el pelo con cariño porque no podía hacer otra. No podía luchar hasta que supiese que iba a estar bien. Estuve a punto de gritar de impotencia varias veces. Por suerte, Daakka se hizo paso recibiendo más de un golpe y la cogió en brazos.- [Daakka]Mia estará bien. Daakka protege[/Daakka].- agachó la cabeza haciendo una especie de reverencia y y yo se la devolví. Tras eso, se marchó. Más tarde sabría que estuvo junto a Cara mientras las dos se recuperaban.

Me puse en pie y evalué la situación. Todo el mundo parecía estar enfrentándose a todo el mundo y yo estaba ahí en el medio, como si fuera una diana gigante. Tenía tanto miedo de lo que estaba pasando frente a mis ojos que no era capaz de reaccionar apropiadamente. La Cazadora tenía miedo en la guerra en la que ella misma se había metido. Sentía tal sensación de irrealidad y estaba tan desconectada de mi propio cuerpo, que cuando giré la vista, vi que Sasha y Daniel estaban a mi lado evitando que me matasen.- [Sarah]No puedo…[/Sarah]- balbucí tomando bocanadas de aire.- [Sarah]No…voy a ser capaz[/Sarah].

– [Daniel]Claro que puedes. Eres la Elegida[/Daniel].- Cuando lo dijo, noté que mi corazón daba un vuelco. Lo quería tanto que temía explotar de un momento a otro. Sin despeinarse, Daniel concentró toda la luz en sus manos  y cegó a los que intentaban acercarse a la par que Sasha los dejaba inconscientes con movimientos ágiles.- [Sasha]S., eres mi Elegida[/Sasha].- no voy a negar que noté algo. ¿Qué me estaba pasando?- [Sasha]Bueno, la nuestra[/Sasha].- miró a Daniel con una sonrisa vacilona y él le guiñó el ojo.

– [Diana]¡FOLLAD, POR EL AMOR DE LA TRAMAAAA![/Diana]- gritó Diana que parecía un personaje de dibujos animados, cubierta de llamas de piel a cabeza. Era la Khaleesi de Moondale.

Volví a la Tierra gracias a tres de las personas que más cercanas sentía en ese momento. Era la Elegida. Si el Legado había llegado a mí, si un poder antiguo me había designado como la salvadora del mundo, es que algo especial debía tener, por mucho que me resultase imposible entenderlo. A lo mejor lo que me hacía especial era que tenía la suerte de estar rodeada de gente maravillosa, así que aparté la ansiedad como pude y me centré.- [Preston]O se retiran o le aplasto la cabeza como a una uva.[/Preston] – Preston había aprovechado el momento de relax para sujetar a Beatrix por la cabeza y levantarla como si fuera de juguete.

– [Beatrix]No cedas a sus presiones, Siegfried[/Beatrix].- le pidió Beatrix a Z.- [Beatrix]Mi tiempo ya pasó[/Beatrix].- tenía lágrimas en los ojos y noté que Z estaba más tenso de lo que quería aparentar. Quería intervenir, pero no sabía cómo hacerlo sin que la situación derivase en el asesinato de Beatrix.

Como si me leyeran el pensamiento, una ráfaga de viento inexistente me movió el pelo y supe que Dom iba a actuar, porque solo él podía ser tan bravucón como para avisarme con antelación.- [Dom]¿Con qué mano piensas hacerlo?[/Dom]- le preguntó mientras la mano de Preston se abría para soltar a Beatrix y después, quedaba inutilizada por un montón de chispazos. Ella corrió a abrazar a Z y fui decidida a apresar al General para que la justicia se ocupara de él.- [Dom]Esto de parte de tu hija. Ya sabes, esa morena preciosa a la que le jodiste la vida. Ya no podrás hacerle daño ni a ella ni a nadie más. Por cierto, felicidades, vas a ser abuelo[/Dom].- Dom le propino un puñetazo a Preston, que farfullaba cuando me fijé en que Z, que había permanecido impasible hasta el momento, se transformó en un imponente demonio azulado, con aspecto de tigre gigantesco, símbolos extraños grabados por todo su cuerpo y garras de color obsidiana, que utilizó para acabar con el líder de la Iniciativa de un golpe certero que le cercenó la yugular.- [Sarah]Siegfried, ha llegado el momento de que acabes con esto[/Sarah].- era más grande que yo, pero lo de más fuerte estaba por ver, así que me crucé de brazos frente a él.- [Sarah]Ha muerto gente y la ciudad está conmocionada[/Sarah].- él acercó su cara a la mía y me enseñó los dientes.- [Sarah]Ni siquiera un monstruo como Preston se merecía ese final[/Sarah].- y rugió.

– [Z]¿Preferías que los matara a todos?[/Z] -su voz era mucho más grave e imponente. Los pocos de la Iniciativa que quedaban huían en desbandada. Prácticamente solo quedaban en pie «los suyos» y «los míos». – [Z]Esto se acabará cuando el último de esos traidores esté muerto.[/Z] – se refería al bando negro, que parecía no rendirse nunca.

– [Sarah]¿Quién te crees que eres para impartir justicia?[/Sarah]- le pregunté visiblemente enfadada.- [Sarah]La culpa de que el Bando Negro esté así, la tienes tú, porque jamás deberías haber confiado en un tío que coleccionaba rostros humanos[/Sarah].

– [Logan]Ohhhh, ‘burn’. Me ha dolido hasta a mí.[/Logan] – apostilló Logan que utilizaba su poder para quemar al Rey Pescador. Dom, siempre tan complaciente, aplaudió.

– [Z]Aparta.[/Z] – intentó quitarme de su vista, pero le sujeté la mano.- [Sarah]No[/Sarah].- bramé con fuerza.- [Sarah]Ya te he dejado  jugar a ser Dios demasiado tiempo[/Sarah].- y él utilizó la otra mano para intentar golpearme, pero fue en vano.

Comenzamos a luchar como si llevásemos mucho tiempo esperando. El respeto había quedado atrás y toda la rabia animal que tenía dentro de mí la dejé salir. Le pegué por Wing y por todos mis amigos, por las gentes de Moondale, por todos los de la Iniciativa y por los que se habían creído su utopía. Por destrozar su ciudad. Por hacerme quedar como una imbécil una vez más. Z ya no era Z. Él era Cecil y Liad, Lila Stroker, Ben y January Allard. Era cada una de las personas que me había dicho que no era lo suficientemente buena, que era demasiado guapa para ser lista, demasiado bajita para ser fuerte, demasiado mujer para poder doblar una barra de metal con mis propias manos. Ya no era la niña que huía del Legado y se escondía debajo de las faldas de Diana y de su madre. Estaba luchando en un combate singular contra un demonio forma de tigre de igual a igual: ¿Qué más tenía que demostrar?- [Sarah]¿Quién te crees que eres, Siegried?[/Sarah]- pregunté asestándole un puñetazo.

– [Beatrix]Parad, por favor[/Beatrix].- nos pidió Beatrix y me sacó de mis pensamientos.- [Beatrix]Este no es el camino[/Beatrix].- se interpuso entre nosotros.

Siegfried, aquel tigre majestuoso, miró a su alrededor; el caos, la muerte y la destrucción que nosotros mismos habíamos provocado. Del Bando Negro no quedaba ni rastro y solo quedábamos los heridos y los muertos.- [Z]¿Y cuál es el camino? ¿Convivir con quien nunca nos aceptará? La última vez te costó la vida.[/Z]

Irina Petrov, que hasta el momento había permanecido en un segundo plano, alzó la voz. Estaba cansada y herida, pero seguía siendo una fuerza de la naturaleza- [Petra]Estás rrodeado de gente con poderres, Z[/Petra].- abrió una grieta que llegó hasta nosotros y sin inmutarse, la cerró.

-[Mental]Ahora que la iniciativa ha sido destruida no queda nadie nos intente dar caza[/Mental].- propuso Dimitri Soloviov, que parecía herido en una pierna y cojeaba. April Halpert le ayudaba a caminar.- [April]Creo que os debo una explicación[/April].- comentó la chica, pero nadie le hizo mucho caso porque no era el momento.

– [Z]Vámonos a casa[/Z].- anunció Z sin volver a su forma humana.- [Z]Hay muchas cosas que planificar[/Z].- los que quedaban de su bando se dividieron en dos grupos: uno se ocuparía de los cadáveres y les daría un entierro digno, mientras que el otro, se iría a planificar al Palacio.

Poco a poco, aquello se empezó a quedar vacío. Ya solo quedaban los ecos de la guerra, pero no me sentía con fuerzas para volver a La Nave, porque sentía que una parte de mí se había quedado en esa batalla.

Come gather ‘round people
Wherever you roam
And admit that the waters
Around you have grown
And accept it that soon
You’ll be drenched to the bone
If your time to you
Is worth savin..

– [Daniel]Deberíamos irnos[/Daniel].- me pidió Daniel pasándome un brazo por los hombros.- [Daniel]Ya se han ido todos[/Daniel].- y me besó la frente. El Bosque de los Lobos volvía a ser un lugar tranquilo, pese a haber quedado bastante destrozado.

– [Sarah]Tengo miedo…[/Sarah]- comenté limpiándome las lágrimas, que ni siquiera sabía qué hacían ahí.- [Sarah]Todo…se acaba, ¿sabes? Todo…está cambiando[/Sarah].- el hechizo de «Easy» había provocado que algunas fuésemos a ser madres y de pronto, salvar el mundo parecía algo fácil al lado de criar a un bebé.- [Sarah]Es que estoy embarazada[/Sarah].- admití finalmente y me sentí un poco más ligera.

Daniel dejó escapar una carcajada.- [Daniel]Ya lo sabía[/Daniel].- y me besó en los labios.- [Daniel]Mientes peor de lo que crees, mo gradh[/Daniel].

– [Sarah]¿Y no te preocupa?[/Sarah]- pregunté empezando a caminar en dirección a la carretera que nos llevaría a Moondale y él negó con la cabeza.- [Daniel]Va a haber alguien en el mundo que te quiera casi tanto como yo[/Daniel]

– [Sarah]Te quiero muchísimo[/Sarah].- le dije mirándole a aquellos ojos que ni en mis mejores sueños habría pensado que me mirarían con amor.

– [Daniel]Y yo te quiero a ti[/Daniel].

The line it is drawn
The curse it is cast
The slow one now
Will later be fast
As the present now
Will later be past
The order is
Rapidly fadin’
And the first one now
Will later be last
For the times they are a-changin’.

Estuvimos un rato caminando en silencio.- [Daniel]Pero tengo una duda: ¿el bebé es de Sasha o mío?[/Daniel]- empecé a reírme a carcajadas y le di un puñetazo en el hombro «al estilo Echolls».

Hello darkness, my old friend
I’ve come to talk with you again
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping
And the vision that was planted in my brain 
Still remains…

Gracias por Moondale por estos años maravillosos. Nos vemos en la siguiente generación. ❤ ❤ ❤