Interludio – Diana
Mediodía
Qué putada pasarse de moda, coño. Que ni tu fan se acuerde de ti, porque Amy es más oscura, más intensa y niñiñi. Que sí, que Amy es mi hija y es una valkiria maravillosa y estupenda, como las otras dos, que me rajaron el pepe con su cabezona para venir al mundo, me cago en mi raza. Pero no está mal que de vez en cuando se acuerden de una, de «La bruja pelirroja», «El fénix» o la original e inimitable, yo. Todo el mundo recuerda mis posts. TODO EL MALDITO MUNDO. Bueno, tres personas. Pero esas tres personas son los Daesdi o tres frikis que ahora deben rondar la treintena si es que aquel capítulo en el que éramos personajes de rol era verdad y en realidad, esto es todo una fumada de tres criaturitas aburridas.
A veces, me imagino cómo serán los Daesdi. Mi fan tiene que estar bueno, ¿no? Por eso es mi fan. Las personas guapas y estupendas nos atraemos como con un imán. Mierda, seguro que es un cardo.
– [Diana]Cari, ¿tú crees que mi fan está bueno?[/Diana]- le pregunté un día. Me tenía muy mosqueada últimamente, porque para mí que no era el mismo. Tenía la sensación de que antes tenía barba y barriguita y ahora, era más delgado e…imberbe. ¿Me estaba volviendo loca? Pues mira, a lo mejor. Eso pasa cuando ignoras a la gente.
– [MacLeod]Por lo que dice Amy, tienen la apariencia de cualquiera Daë, así que en teoría…sí.[/MacLeod] – Christopher se paseaba por casa con un chándal de abuelo prematuro y un libro en la mano. Hacía un día raro, caluroso en un mes que no correspondía. Maldito cambio climático.
– [Diana]Eso es porque es feo seguro, el pobre…[/Diana]- le miré y me recosté en el sofá, dejando el InPad sobre la mesa. Ya seguiría viendo ‘The Crown’ luego. [Diana]Ya no nos quiere nadie[/Diana].- me quejé. Yo llevaba un pijama de topos de colores nada favorecedor.
– [MacLeod]No digas eso. Yo nunca te voy a dejar de querer.[/MacLeod] – colocó el libro al lado de mi tablet y me dio un beso en los labios. Era viejo, pero seguía siendo un guarro. – [MacLeod]Y las niñas volverán, tú lo has dicho.[/MacLeod]
– [Diana]No me preocuparía por ellas, porque son personajes principales y desde Kaylee no se ha vuelto a morir nadie. Bueno, qué coño, si Kaylee no era principal[/Diana].- también estaba lo de Mia, pero se iba a resolver pronto.
– [MacLeod]Lo del Soberano con el rol te marcó, ¿eh?[/MacLeod] – sonrió con cariño y se sentó a mi lado. Freya, que había estado ladrando en la ventana, vino y se colocó en sus piernas para recibir su (sobre)dosis de mimos.
– [Diana]Cari, que has cambiado de cara tres veces…[/Diana]- me reí- [Diana]Ya no cuela[/Diana].- Freya tenía un nudo en los pelos de debajo de las orejas y gruñó cuando Christopher lo encontró.
– [MacLeod]Me he afeitado porque me picaba la barba…[/MacLeod] – se rascó la barba tras reñir al bicho del demonio.
– [Diana]En la vida has tenido los ojos azules. EN LA VIDA[/Diana].- le acusé con el dedo.
– [MacLeod]Son castaños.[/MacLeod] – si Patrick Wilson tiene los ojos castaños que bajen los Daesdi a verlo. Quiero decir Christopher, Christopher MacLeod. Mi marido. Eso.
– [Diana]Te estás quedando ciego. Lo que me faltaba[/Diana].- negué con la cabeza y Freya me miró con un moco colgando. Sería inmortal, pero qué pena de perro.
Él se encogió de hombros. – [MacLeod]Siempre has dicho que si me daba el sol se veían más claros.[/MacLeod] – el sol, que por todo el mundo es sabido que se usa como recurso narrativo para cambiar los colores de los pelos y ojos de la gente.
Dejó a Freya en el suelo, que se fue a la ventana a colocarse en posición gatuna y se acercó a sobetearme. Era todo consentido y consensuado, vayamos ahora a empezar con tonterías. – [Diana]Deja de sobarme que a nadie le interesa el sexo de dos fósiles[/Diana].- me quejé cuando me metió la mano por debajo de la camiseta.
– [MacLeod]Tampoco estamos tan mal. Ventaja de licántropo y de ser la elegida del fénix.[/MacLeod] – me besó otra vez. Freya nos miraba, inmóvil como una maldita estatua. A lo mejor era voyeur o un animago.
– [Diana]Echo de menos cuando éramos nosotros, ¿sabes?[/Diana]- le expliqué. Viendo que no estaba receptiva, Christopher se apartó.- [Diana]Los Moondies[/Diana]
– [MacLeod]Todavía tenemos mucho que hacer. Omega está libre. Los niños nos necesitan.[/MacLeod] – me explicó.
– [Diana]Los niños tienen barba y follan como conejos[/Diana].-Kaylee no era el culmen de la discreción cuando salía de su habitación roja como un tomate y despeinada.
– [MacLeod]En serio, dime que no es una de las nuestras.[/MacLeod] – se refería al embarazo de…, bueno, al que ya sabéis. Porque lo sabéis, ¿no? Yo es que no estoy leyendo a Los New Moondies porque no me interesa ver cómo se lían entre ellos. Que yo les he cambiado el pañal a TODOS.
– [Diana]¿Qué más te da?[/Diana]- le pregunté.
– [MacLeod]No estoy preparado para ser abuelo. Parece que Vera nació hace un año.[/MacLeod] – me replicó. Freya estaba estaba ladrando desde la bañera. En algún punto se había ido hasta el baño y ahora no era capaz de salir.
– [Diana]Es que hace un año[/Diana].
– [MacLeod]Vamos a ir a cenar, anda.[/MacLeod]
– [Diana]No quiero[/Diana].- me hice la remolona en el sofá. ¿Qué hora eran, las siete de la tarde? Ni los jubilados cenan a las siete.- [Diana]En cuanto dejemos de hablar, se acaba esto y volveremos al limbo de los personajes que no se usan. Ese en el que están todos los Daniel y Sarah de todos los roles que no cuajaron[/Diana].- y la primera Amy, aquella que era bollera y estaba liada con una elfa. Ups. Demasiada información.
– [MacLeod]Bueno, pues sigue hablando, tenemos todo el tiempo del mundo.[/MacLeod] – me tendió la mano y se la di. Qué manos tenía mi maromo, señor. Qué manos.
Colocamos la lasaña de carne para cinco en la mesa, los platos, la ensalada y los vasos con agua. Dábamos pena de verdad.- [Diana]Lo van a hacer bien los New Moondies[/Diana].- servimos y la probé. Sabía a gloria bendita, no como aquella de espinacas que le hizo Ed a Ann. Juas, menuda cagalera que le dio al pobre al día siguiente.
– [MacLeod]Muy bien.[/MacLeod] – sonrió después de engullir un poco de lasaña. Ese era mi chico: todo elegancia escocesa.
– [Diana]Y luego vienen los de la nave[/Diana].- di un trago de agua.
– [MacLeod]¿Nave?[/MacLeod] – flipó. Todavía tenía capacidad para sorprenderse.
– [Diana]Esta gente, que no debe tener vida[/Diana].- me encogí de hombros.
– [MacLeod]Madre mía. A veces no sé cómo puedes con los spoiler.[/MacLeod]- Freya estaba sentada en el suelo y nos juzgaba por no estar comiendo lasaña. Le tiré un trozo al suelo, porque total, no se iba a morir nunca. No sé cómo lo hizo pero esquivó todas las verduras. Era mi ídola.
– [Diana]Costumbre[/Diana].
– [MacLeod]¿Estás segura de que somos demasiado viejos? Con un poco de suerte esta vez no tenemos otra miniDiana.[/MacLeod] – bromeó mirándome. Seguía siendo el hombre más guapo del mundo. Tuviera la cara que tuviera.
– [Diana]Ven, tira los platos de la mesa y acabamos el post a lo grande. Total, luego no tenemos que recogerlos porque no existimos[/Diana].- me reí y acabamos el follando sobre la mesa. Nada que ver con aquel post tan casto en el que lo hacíamos en un sofá.
Freya estaba mirándonos desde la puerta como una estatua.
Seguro que era el puto Ed de una realidad alternativa. Me apostaba mis visiones a que se había quedado con ganas de trío.
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