Moondale

Categoría: Diario de Daniel Arkkan

  • EL CAMBIO QUE HABIA PROVOCADO EN MI

    [align=center][b][font= Book Antiqua][SIZE=5]Daniel Arkkan | [color=maroon]{con Ed y Cecil}[/SIZE][/color][/font][/b]

    danielhappy12

    Después de comer nos quedamos un rato más en la cafetería hablando de quién nos interpretaría a cada uno y llegamos a algunas conclusiones: a Sarah la podría interpretar la de Veronica Mars, Scarlett Johansson o Alona Tal, había variedad para el casting; a mí me interpretaría Justin Hartley, al que había visto un poco en Smallville; para McLeod pensamos en Daniel Jackson el de Stargate, y Ed bromeó diciendo que según realizaban algunos los castings pondrían a Stallone, no pudimos evitar estallar en una carcajada al imaginarlo; para Diana no conseguimos ponernos de acuerdo, nos parecía una de las más difíciles; para Jan Cecil sugirió a Carly Pope, que no se parecía mucho a ella pero por alguna razón encajaba; para Ann la única que se me había ocurrido después de estrujarme la cabeza un rato era la chica que hacía de Kara/Supergirl en Smallville; Matt Saracen de Friday era el perfecto Ed, y Fran Kranz haría genial de cualquier cosa pero…Cecil; después le toco el turno a Silver, que se quedó entre Rebecca Hall o Megan Fox, y Liad, para el que Cecil propuso a William Moseley.

    La verdad es que pasamos un buen rato hablando de cualquier cosa que se nos pasase por la cabeza, especialmente series, a las que me estaba aficionando bastante gracias a Sarah y nuestros maratones hasta las dos de la mañana. Había momentos en los que me sorprendía a mi mismo con una sonrisa en la cara, me sorprendía mucho esta sensación, lo mucho que había cambiado incluso sin darme cuenta.

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  • UNA SORPRESA PARA SILVER

    [align=center][b][font= Book Antiqua][SIZE=5]Daniel Arkkan | Casa de las Echolls [color=maroon]{con Sarah Echolls y Silver}[/SIZE][/color][/font][/b]

    danielhappy12

    Me llevé una vez más la mano a la boca para reprimir un bostezo. No tenía ningún problema en estar al cien por cien pese a haber dormido muy poco, pero me costaba horrores no bostezar en esos momentos. Sarah lo llevaba de una forma diferente, caminaba a mi lado como un zombi sacado del cómic de ‘The Walking Dead’, con los ojos entrecerrados. Era obvio que habíamos dormido muy poco, pero lo que os preguntaréis es la razón.

    Lo normal habría sido decir que era porque nos habíamos acostado tarde porque la noche anterior había sido Nochebuena, que habíamos estado bailando hasta las tantas, riendo y haciendo cualquier cosa todos juntos. Y parte de eso era cierto, sólo que llegado un punto trasladamos la ‘fiesta’ a otra parte, concretamente el [URL=http://i960.photobucket.com/albums/ae82/Whedonverso/Moondale/parquebellamy.png]Parque Bellamy[/URL], situado en el centro de Moondale, muy frecuentado por los vampiros que se aprovechaban de los árboles y de la oscuridad que reinaba para atacar a parejas que caminaban por la zona.

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  • ESPIRITU DE LA NAVIDAD

    [align=center][b][font= Book Antiqua][SIZE=5]Daniel Arkkan | Bosque de los Susurros[/SIZE][/font][/b]

    daniel1

    [i]Un par más.[/i] – pensé viendo ya el árbol balancearse. Aferré la pequeña hacha con fuerza y asesté un par de tajos más. Dejé en hacha a un lado en el suelo, puse un pie en la base del árbol y empujé un poco para que terminase de caer hacia el otro lado. Produjo un ruido seco y algunos pájaros salieron volando de unas ramas cercanas.

    Desvíe la vista al cielo, todavía estaba empezando a amanecer así que iba bien de tiempo. Me había levantado temprano, o quizá sería mejor decir que no había dormido, para darles una sorpresa a Sarah, Diana y su madre.

    Metí el hacha en la bolsa y saqué las cuerdas para atarlas alrededor del pino recién talado. Después de colocarlo bien, cogí las cuerdas y lo arrastré ladera abajo hacia el coche.

    La Navidad era sin duda mi época favorita del año, y así había sido desde siempre. Me encantaba decorar el árbol, ayudar con las cenas, poner la mesa, reunirnos todos, comprar los regalos y en especial, la mañana de Navidad, era el día más mágico del año, incluso para nosotros. Disfrutaba viendo la ilusión de todos al abrir los regalos y la mía propia.

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  • TRIPLE SORPRESA

    [align=center][i]“Siempre que me siento pesimista por como está el mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así, a mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico, pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos…

    Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo sepa ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza, todas fueron mensajes de amor.

    Porque si lo buscáis, tengo la extraña sensación de que descubriréis, que en realidad, el amor está en todas partes.”[/i]

    [b]Love Actually, 2003[/b][/align]

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  • PRUEBA DE TIMIDEZ

    [align=center][b][font= Comic Sans Ms][SIZE=5]Daniel Arkkan | [color=maroon]{con Diana y January}[/SIZE][/color][/font][/b]

    daniel1

    Esta estaba resultando sin duda una de mis “misiones” más difíciles. La verdad es que el listón estaba bastante alto, sobre todo teniendo en cuenta que hacía apenas unas semanas que habíamos escapado de la Iniciativa, pero esto me asustaba de una forma distinta, desde luego más que una cacería.

    – [b] [i] ¿No te encantaba Taylor? [/i][/b] – preguntó Diana sonriente.- [b] [i]Era tan guapa y tan graciosa… [/i][/b]

    January hizo un gesto como de no estar segura de si sí o de si no. – [i] Era persistente, eso se lo reconozco. [/i] – dijo. Después se rió antes de añadir – [i] También era un poco acosadora, con lo del oso y todo eso… Además, me quitó a mi hombre perfecto. Aish, Ryan, la de cosas que te haría si te tuviera a mano. [/i] – terminó fingiendo quedarse embobada fantaseando

    Me sentía como Goku cuando se encuentra con Bulma por primera vez, en cuestión de mujeres no es que no hubiese visto ninguna antes, es que simplemente, las relaciones sociales entraban en conflicto con mi timidez y por mucho que la estuviese perdiendo desde que estaba con Sarah, estar a solas con dos mujeres hablando entre sí era…¿extraño?. Y si ya se ponían a hablar de hombres…asustaba.

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  • MEDIDAS DESESPERADAS

    [align=center][b][font= Garamond][SIZE=5]Daniel Arkkan | Varios: Casa de las Echolls; Calles de Moondale. [/SIZE][/font][/b]

    danielarreglao

    Cuando me levanté pensé que aún se notaría una sonrisa en mi cara. La cita de ayer no podía haber ido mejor. Cuando me besó, sentí que el tiempo se detenía y que nada era más importante que estar junto a ella. Después fui yo el que la besó, y la sensación no cambió en absoluto, me sentía con fuerzas para superar cualquier cosa, y sabía que siempre las tendría mientras estuviese con ella.

    Después nos quedamos un rato abrazados con la preciosa vista del lago Nymeria, con las estrellas reflejadas en él. Siempre había sido una persona bastante protectora, y con Sarah aún más que con los demás, pero en ese momento sentí esa parte de mí más fuerte que nunca, ahora no sólo haría y daría lo que fuese por salvarla, sino que además volvería vivo para estar con ella.

    Mientras volvíamos en el coche, con Sarah de nuevo al volante, estuvimos hablando respecto a Diana. Sarah era una persona muy emotiva e increíblemente bondadosa, y se sentía muy mal por lo que debía haber pasado Diana. Tuvimos la idea de prepararle una fiesta sorpresa para celebrar su cumpleaños el día trece y después Sarah se quedó en silencio, pensativa, seguramente pensando todos y cada uno de los detalles de la fiesta.

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  • UNA TARDE AJETREADA

    [align=center][b]Daniel Arkkan | Varios, Actual -> Exterior de la Casa de las Echolls. En el coche.[/b]

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    danielarreglao

    [spoiler]
    Creí oportuno aclarar que este post tiene una peculiaridad respecto al resto, y es que narra el día de Daniel desde que salió de casa de Sarah, por tanto va desde varias horas atrás (respecto a la hora actual de Moondale) hasta ahora (aproximadamente las 20:30)
    [/spoiler]

    Después de comer con Sarah y su madre, me fui para dejar a Sarah hablar de…”cosas de mujeres” con Jan. Al salir de la casa me di cuenta de que, dejando aparte los preparativos de la cita, no tenía nada que hacer.

    Lo primero que hice fue hacer unas compras para la cena en el lago y después ir hasta mi casa. Estaba más nervioso de lo que acostumbraba y tenía que hacer algo para entretenerme, porque el tiempo me estaba pasando muy, muy despacio.
    Después de un rato conduciendo, dejé el coche al pie del camino empedrado que conducía a la casa de madera. Podría haberlo llevado hasta la misma casa, pero tenía una distracción en mente. Desde que me instalé en esa casa hace ya algo más de un año, trabajé duro para eliminar todas las amenazas de la zona, hasta que al final, parecían eludir la zona que la rodeaba. Ahora ya no vivía allí y no quería arriesgarme a que se diesen cuenta de ello, así que tenía que investigar si alguien se había acercado demasiado, y si era así, eliminarlo para que siguiesen temiendo la zona.

    Seguí por el camino durante unos diez minutos, y entonces comencé a investigar los alrededores de la casa. Tardé un buen rato en recorrer toda la zona registrando concienzudamente. No había encontrado nada que indicase la presencia de demonios u otros seres, y tampoco había signos de que nadie más se hubiera acercado allí. Por el momento Abigail estaba a salvo, tanto de los demonios como de los miembros de la Iniciativa.

    Eché un vistazo al reloj y me di cuenta de que tendría que darme prisa si quería ir a ver a McLeod antes de recoger a Sarah, así que me dirigí hacia la casa. Cuando entré, Abigail estaba leyendo un libro con gesto distraído.

    – [b]Hola.[/b] – saludé. – [b]No te preocupes, seré invisible, tengo que coger unas cosas y darme una ducha. [/b] – decidí hacerlo lo más rápido posible, Abigail estaba pasando por una situación difícil y sería mejor dejarla descansar tranquila.

    – ¿Daniel? – dijo dejando el libro en una mesita al lado del sofá, después se levantó, vino hasta donde yo estaba y me dio un abrazo.- ¿Qué tal estás? No esperaba verte por aquí.- esbozó una sonrisa, una de las sonrisas más tristes que había visto.

    – [b]Bien, es que necesitaba algo de ropa más…arreglada de la que suelo utilizar.[/b] – aunque no tenía muy claro si sería suficientemente arreglada. Normalmente utilizaba una cazadora de cuero negra o marrón junto a unos vaqueros y una camiseta. Ésta vez llevaría vaqueros y una camiseta, pero la chaqueta no sería la misma de siempre, ésta la tenía guardada para una ocasión especial, y sentía que era el momento adecuado. Aparte de eso, lo único que podía hacer era esmerarme un poco con mi pelo…tampoco podía obrar milagros. – [b]Espero que estés bien. Si necesitas algo ya sabes nuestro número.[/b] – le sonreí.

    – Has quedado con Sarah, ¿verdad? – preguntó apoyándose en el marco de una de las puertas.- Cuídala porque es una chica muy especial, de las que ya no se encuentran. – soltó una leve carcajada y suspiró.

    – [b]Abigail…recuperaremos a Nathan, ¿vale?[/b] – dije con toda franqueza. Nunca olvidaría lo que hizo por nosotros, y sólo estaría en paz con él cuando consiguiese sacarlo de ese infierno, mientras tanto lo único que podía hacer era darle a Abigail un lugar donde estar a salvo. – [b]Es un auténtico héroe, y aún le quedan muchas historias por delante.[/b] – dije con una sonrisa.

    – Eso espero. – Se le humedecieron los ojos al decir eso.- Si..si le pasa algo no…no sé qué sería de mí. – Intentó calmarse, limpiándose las lágrimas que estaban a punto de caer de los ojos con los dedos.- Mejor hablamos otro día, no quiero estropearte tu cita, pero prométeme que vendréis a verme porque si no acabaré adoptando todos los gatitos que me encuentre y me volveré huraña.

    – [b]Claro que sí, hablaré con Sarah y pensaremos algún sitio para ir.[/b] – en cuanto a socializar, no era demasiado bueno en ello, y la “vida normal” era bastante extraña para mí, así que no sabía muy bien donde podríamos llevar a Abigail para que se distrajese un rato y no pensase en nada. – [b]Será mejor que empiece a preparar las cosas y buscar la ropa, entre una cosa y otra se me acabará haciendo tarde.[/b] – sonreí con nerviosismo. Después subí las escaleras hacia el pequeño cuarto contiguo a mi antigua habitación. Tenía el tamaño justo para que cupiese el armario en el que guardaba mi ropa y además una estantería donde tenía colocadas algunas otras cosas que a veces llevaba encima cuando salía.

    Abigail no había tocado nada desde que estaba allí, aunque tampoco me extrañaba demasiado, la poca ropa que le habíamos comprado entre Sarah, su madre y yo le cabría perfectamente en la habitación. Así que fue fácil encontrar la chaqueta, la tenía en la parte del armario que menos se veía al abrirlo, la saqué y le eché un vistazo, estaba perfecta.

    Mi padre la llamaba su “chaqueta de la suerte”, la había llevado la noche que conoció a mi madre, y desde entonces sólo se la había puesto un par de veces, decía que quería que durase eternamente porque le había traído toda la suerte de este mundo. También era de cuero, como las que solía usar, negra, era completamente lisa excepto un bolsillo situado a la altura del pecho, en el lado derecho, además, abrigaba mucho más de lo que aparentaba, y eso la hacía perfecta para una noche de diciembre en Moondale.

    Dejé la chaqueta en la percha enganchada en la estantería, y llevé al baño el resto de la ropa. Después bajé a la cocina y comencé a cocinar mi improvisado menú. Cuando terminé, lo guardé todo bien para que no se estropease y lo metí en una mochila de mano, junto con un mantel y algunos utensilios.

    La ducha fue completamente revitalizante, mientras el agua caía sobre mí, no pude evitar pensar en Sarah. Es curioso como de vez en cuando, de pronto me daba cuenta de cómo había cambiado mi vida, incluso yo mismo. Ahora mi fuerza y mis habilidades servían a unos fines mucho mejores que la venganza, ahora luchaba para proteger a los que amaba.

    No me engañaba, antes también luchaba para proteger a la gente, pero en el fondo la verdad era distinta, cada vez que acababa con un demonio, cada vez que su sangre corría por mis manos, me sentía bien, como si una pequeña parte de la venganza que tanto ansiaba se hubiese llevado a cabo, pero ese camino nunca llegaba a su fin, dudo mucho que incluso habiendo acabado con el Kurgan hubiese llegado a su fin. Ese camino era el fácil, era mucho mejor que lidiar con mis demonios internos, asumir que por mucho que hiciese, ellos ya no volverían, y que nunca habrían deseado una vida así para mí, que no dieron su vida para concederme una vida de odio. Es casi como si ellos me hubiesen enviado a Sarah.
    Al salir de la ducha me encontraba completamente despejado. Me vestí y me peiné como pude, mi pelo era un poco, indomable, se parecía a mí mismo hacía un par de años. Después fui hasta la habitación del armario y me puse la chaqueta. Nunca me la había puesto antes, y temía que me quedase grande, pero cuando me la puse encajó perfectamente, me sentía como en casa con ella puesta. Cuando ya estuve listo, bajé las escaleras y cogí la bolsa.

    – [b]Bueno Abigail, yo ya me voy. Cuídate, y si necesitas algo, ya sabes.[/b] – le dije con una sonrisa. Ella se despidió con la mano y yo salí de la casa.

    Aún era temprano, cerca de las siete, pero con el horario de invierno estaba casi oscureciendo. Bajé por el camino empedrado, hasta que a medio camino una voz me detuvo.

    – [i][font=Arial]¿Qué hace un chico tan guapo como tú caminando por aquí…tan solo?[/i] – preguntó una voz a mis espaldas. Me giré para verla, era una chica rubia con el pelo largo.

    – [b]Podría decir lo mismo de una chica como tú.[/b] – respondí. No tenía demasiado tiempo, pero sí me sobraban unos pocos minutos.

    – [i][font=Arial]¿Y por qué no me acompañas?[/i] – se puso delante de mí, haciendo que me detuviese y pasó los dedos por mi pecho.

    – [b]Tengo algo de prisa.[/b] – respondí. Apartándola a un lado y continuando lentamente por mi camino. El cebo estaba puesto, ahora faltaba ver si picaría.

    Escuché un ruido a mis espaldas y de pronto una columna de humo me rodeó y se condensó delante de mí tomando la forma de la chica.

    – [i][font=Arial]Creo que no me has entendido.[/i]- dijo arqueando una ceja.- [i][font=Arial]He dicho que me acompañes. [/i]

    – [b]Y yo creo que te has pasado con el tabaco. [/b] – respondí con seriedad. – [b]¿Cómo te llamas? [/b]

    – [i][font=Arial]Ebony Lekker.[/i]- respondió. El mundo es un pañuelo, una vampiresa cutre tiene el mismo nombre que una de mis espadas, aunque le pegaría más llamarse Bunny Lekker. – [i][font=Arial]¿Necesitas saber quién te va a matar? [/i]– en un segundo su cara se transformó, dejándome cristalino lo que ya era claro como el agua, era una vampiresa.

    – [b]Descansa en paz, Ebony Lekker.[/b] – respondí a la vez que le agarraba la cabeza con una mano. Focalicé mis poderes a través de mi mano derecha y comencé a emitir una luz tan potente que comenzó a sacudirse, hasta que se desintegró. Normalmente mis poderes dañaban a los vampiros, a muchos seriamente, ya que al fin y al cabo son muy vulnerables a la luz, pero a los de tercera los desintegraba con facilidad.

    Dejé el montón de polvo atrás y bajé el resto del camino hasta llegar al coche. Metí la bolsa en el maletero y me subí. Conduje en dirección a la Universidad, sabía que encontraría allí a McLeod viendo los problemas que había ahora mismo,y así fue. Allí estaba con cara de no haber dormido bien en varios días y enterrado en una pila de libros, la conversación con él no hizo sino confirmar mis sospechas de estos días de que no estaba bien.

    Después de dejar a McLeod en su casa me dirigí a casa de Sarah. Por el camino no pude evitar darle vueltas a todo lo que habíamos hablado. Cuando a McLeod le asignaron a Sarah y me llamó, pude notar algo de pesar en su voz, y ahora ya sabía de qué se trataba. También me preocupaba su relación con Diana, ambos merecían ser felices y juntos podrían serlo, pero para eso Mc tenía que superar sus miedos, y no tenía idea de cómo ayudarle, sus miedos estaban muy arraigados, quizá lo estuviesen tanto porque quería a Diana más aún de lo que se atrevía a admitir. La verdad es que no le culpaba, mi mayor miedo sería sin duda perder a Sarah, ya no sabría cómo vivir sin ella. Incluso a mí me seguía pareciendo curioso cómo podía acabar con un vampiro con total normalidad y sin embargo ahora estaba todavía nervioso por la cita.

    Unos minutos después detuve el coche frente a la casa de Sarah. Antes de salir, repasé mentalmente si lo llevaba todo, y cuando ya estuve casi convencido, salvo esa típica sensación de que se te olvida algo, salí del coche y llamé al timbre de la puerta.

    Cuando la puerta se abrió, pude ver a la madre de Sarah sonriente.

    – [b][i]Veo que mi yerno va más guapo que de costumbre.[/b][/i]- Se acercó hasta mí y me dio dos besos.

    – [b]Gracias.[/b] – respondí sin saber muy bien que decir. – [SIZE=4][b]¿Sarah ya está lista?[/b]

    – [b][i]Júzgalo tú mismo.[/b][/i]- Dijo con una sonrisa, mientras giraba la cabeza en dirección a la gran escalera de la casa de las Echolls.

    Miré hacia la escalera y ya no pude volver a apartar la vista. Sarah se asomaba desde la parte de arriba. Llevaba un vestido azul de tirantes que junto a los tacones le realzaba cada parte de su cuerpo, el pelo le caía sobre el hombro izquierdo dejando a la vista su cuello, y en ese momento llegué a entender a los vampiros.

    Evidentemente la descripción se quedaba muy muy corta, no existe ninguna palabra en ningún idioma que me permitiese definir lo perfecta y preciosa que estaba, era como si una estrella hubiese tomado forma, y yo tenía la suerte de poder admirarla.

    – [b]Estás…vaya…[/b] – [i]Bien, estás y vaya, ya son dos palabras, sólo me harán falta unas pocas más esta noche…está…increíble.[/i] Me había dejado sin palabras, sin aliento y podría decirse que sin vista, porque no podía apartar la mirada de ella.

    – [b]Dejad de mirarme así porque sólo falta que suene “Kiss Me” de “Sixpence none the richer” y me sentiré como el personaje de Rachael Leigh Cook en “Alguien como tú”.[/b] – dijo Sarah apoyándose en la barandilla con una velocidad digna de Flash mientras nos miraba a su madre y a mí con el ceño ligeramente fruncido.- [b]Quiero una cita, no un cliché.[/b]- dijo bajando las escaleras a toda prisa. Al menos ya tenía claro que no era el único que estaba nervioso, porque a Sarah parecía que le habían dado siete red bull. Al bajar tan aprisa resbaló, por suerte ya estaba preparado y me lancé hacia ella y la cogí al vuelo. – [b]Te has propuesto convertir nuestra cita en una comedia romántica.[/b]- añadió sacándome la lengua.

    – [b]Soy tu caballero de la brillante armadura, sólo que la armadura la están soldando y he tenido que improvisar.[/b] – respondí sonriendo mientras bajábamos las últimas escaleras y la dejaba en el suelo con suavidad.

    – [b][i]Aún a riesgo de que Sarah me mate, me gustaría haceros una foto.[/b][/i]- la madre de Sarah enseñó una cámara de fotos que llevaba en la mano.- [b][i]¿Os importaría poneros ahí?[/b][/i] – dijo haciéndonos una seña para que nos pusiésemos justo delante de la escalera.- [b][i]Así, perfecto.[/b][/i]- asintió con la cabeza y se puso la cámara delante lista para la foto.- [b][i]Decid PA-TA-TA. [/b][/i]

    Esa fue la primera de una serie de intentos, en la primera foto salía con los ojos cerrados, la segunda salió desenfocada, en la tercera Sarah ya empezaba a aburrirse y levantó los dos brazos haciendo gesto de forzudo, en la siguiente nos pusimos espalda contra espalda y colocamos los brazos como si llevásemos una pistola al mejor estilo de agentes secretos y así unas cuantas más, hasta que la madre de Sarah dijo.

    – [b][i]Creo que tendré que resignarme a que mi hija pequeña nunca tendrá una foto normal.[/b][/i]- suspiró.- [b][i]Pasadlo bien.[/b][/i]- nos dio un abrazo a cada uno y fue hacia la puerta para abrirla.

    – [b]¿Un último intento?[/b] – pregunté a Sarah

    – [b]Está bien, pero las cámaras no hacen milagros…[/b]- suspiró y se puso delante de mí con los brazos cruzados para que yo la abrazase desde atrás.- [b]Perdona si te tapo la cara, es lo que tiene ser tan alta.[/b]- se giró para decirlo y justo en ese momento, cuando nos mirábamos con complicidad, con una sonrisa en la boca de cada uno, la madre de Sarah pulsó el botón y saltó el flash. Me alegraba saber que un momento así iba a perdurar para siempre, además de en mi memoria.

    Después salimos por la puerta en dirección a mi coche, pero mientras iba abrirle la puerta del copiloto a Sarah, ella ya se había sentado en el asiento del conductor.

    – [b]¿Me dejas conducir? Por favor, por favor, por favooor.[/b]- dijo haciendo los típicos pucheros que sabía que conseguirían que no le negase nada.- [b]Es que cuando soy el copiloto me aburro. Creo que es cosa de mi legado, porque cuando no mando no sé qué hacer…[/b]- finalizó mirándose los zapatos como si fuera una niña pequeña. No pude evitar sonreir.

    – [b]Vaaale. Pero tienes que escuchar bien mis indicaciones.[/b] – concedí. No estaba seguro de si sabría llegar al lago, y menos aún al lugar concreto que tenía en mente, así que tenía que guiarla. Ella asintió distraídamente y arrancó.

    – [b]Sabes que no lo haré.[/b]- me miró durante un segundo y me dedicó una enorme sonrisa.

    – [b]Lo imaginaba, entonces tendré que improvisar si nos perdemos.[/b] – respondí.

    Este sí que era un momento digno de foto, los dos en el coche, Sarah totalmente arreglada y con unos taconazos en el lado del conductor y yo como copiloto tratando de que siguiese mis indicaciones para llegar sin perdernos. Y eso sin olvidar mi cara, tenía la sonrisa permanentemente grabada, entre lo guapa que estaba Sarah esa noche y los buenos momentos que estábamos pasando pensé que acabaría teniendo agujetas.

    [spoiler]
    Sarah, Abigail y Elizabeth han sido controladas por Stefy, Ebony ha sido controlada a medias[/spoiler]

  • ACOGIDO

    [b]Daniel Arkkan | Casa de las Echolls [/b]

    danielsarahbed

    Cuando me desperté, con la primera luz del amanecer que se colaba por la ventana de la habitación, aún me sentía cansado. Pude notarlo porque me sentía desorientado, ni siquiera sabía cómo había llegado aquí.

    Me incorporé un poco en la cama y entonces la vi, más hermosa y perfecta que nunca, Sarah estaba tumbada boca abajo a mi lado. Al principio me sorprendí, pero tardé poco en asumirlo como si fuese lo más normal del mundo.

    No pude evitar girarme para mirarla, la suave luz bañaba el lado derecho de su cara y su espalda desnuda. Un instante más tarde y sin saber muy bien cómo, me encontraba acariciando su suave piel desde el cuello hasta la parte baja de la espalda, donde se curvaba hasta taparse con la sábana, sin poder apartar la vista de ella, escuchando los suaves ruiditos que hacia mientras dormía. Vi cómo empezaba a abrir los ojos lentamente y me miraba, no pude evitar sonreírle ampliamente, con un tipo de sonrisa que sólo estaba reservada para ella.

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  • ME IMPORTAS DEMASIADO

    [b]Daniel Arkkan | Sede de la Iniciativa, Subterraneo tres, Bloque Beta [/b]

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    Estaban ocurriendo demasiadas cosas y demasiado rápido. Cuando leí la lista de cautivos en este pasillo pensé que sólo habría uno que podría impedirnos salir de aquí, el Turok Han.

    Todo el camino hasta llegar a él me lo pasé preocupado por como íbamos a enfrentarnos a él y salir con vida, y la única solución que se me ocurría era entretenerlo mientras los demás huían.

    Al final, cuando la amenaza del Turok Han desapareció, y aún seguíamos con vida pensé que lo peor ya había pasado, éramos más gracias a que McLeod, la hermana de Sarah y otros que se habían encontrado por el camino, incluso el amor de Nathan, habían venido en nuestra ayuda.

    Pero la esperanza tardó poco en desaparecer, uno de los que venían con McLeod, un chico bastante misterioso llamado Edward y que parecía saber quienes eramos todos y cada uno de nosotros, incluso Mason, vio gracias a su poder como éste acababa con la vida de una antigua conocida, demasiado cerca de donde estábamos.

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