Sarah Echolls | Subterráneo tres
¿Cuánto había pasado desde la noche de la fiesta en el Silver? ¿Días, horas o quizás años? Había perdido por completo la noción del tiempo, no sabía dónde estaba ni para qué me querían. Me sentía sola y perdida, pero no encontraba el momento de lamentarme y mucho menos, de pensaren qué estaba pasando y cómo iba a escapar de aquel lugar.
Apenas estaba un rato despierta cuando mis ojos se cerraban de nuevo y después volvía a abrirlos y me encontraba en la misma celda en la que todo había empezado. Era un círculo vicioso del que estaba segura que no iba a salir jamás.
Cuando por fin logré reunir las fuerzas suficientes como para poder levantarme, decidí obsevar dónde me encontraba: Era una celda de cristal, en la que sólo había un camastro, una rendija de ventilación en la parte superior de dos paredes y una especie de cuartucho en el que un inodoro y un estante con toallas y pijamas blancos eran todo el mobiliario. [i]Genial… [/i].- Murmuré con fastidio y me mordí el labio inferior ligeramente nerviosa . Seguía sin entender qué hacía allí.