Diarios de Destino | Condado de Ripper
MADRUGADA (ALREDEDOR DE LAS TRES)

El hombre de muchos nombres, conocido antiguamente por Siegfried, más recientemente por James R. Clapper, prefería ser llamado simplemente Z.
Aunque en realidad, no era una Z, si no el futhark Eiwaz, la runa asociada al tejo, un árbol sagrado para civilizaciones como la celta, y más tarde la cristiana. Conocido también como ‘El árbol de la vida y la muerte‘, por la dualidad que representaba con la toxina que contenía, mortal, pero curativa si se usaba de la forma apropiada. Quizá por eso lo asociaron a las Cazadoras, por ser la encarnación viva de esa dualidad.
A veces me preguntaba si, cuando dejé a mi pueblo y elegí ese futhark como nombre para alejarme de Siegfried, no era la mano del destino la que me guiaba, porque parecía que a partir de ese momento las Cazadoras serían una constante en mi vida, como si el destino me ligase a ellas inexorablemente.
Habían pasado ya unas cuantas horas desde que ese muchacho había llegado hasta mí, aunque su camino no estuvo despejado hasta llegar a la segunda planta por cuestiones de azar. ‘Augur‘ estaba con ella en su habitación, a donde había pedido que la llevasen tras sumirse profundamente en la visión que ahora vivían, ella, y sus amigos a través de ella, para que todos supieran lo que estaba en juego.
Yo mismo había experimentado varias veces las visiones de lo que podía suceder, hasta que decidí no hacerlo nunca más para que el miedo no me llevase a un camino que me dirigiese a esos futuros. Ahora era su turno de ver uno muy concreto, de comprender la debacle de un Ripper regido por esos nazis.
24 AÑOS DESPUÉS
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