January Allard | Sala de Experimentacion | Subterraneo tres
En cuanto había salido de aquella profunda inconsciencia, había notado que alguien me zarandeaba, pero abrir los ojos había sido un esfuerzo mayúsculo. Los sentía tan pesados como el resto del cuerpo: puro plomo. Ahora escudriñaba en la oscuridad, asustada y sorprendida. Parpadeé un par de veces, antes de reunir el la fuerza para incorporarme en la camilla. Rápidamente me llevé las manos a la cara, en parte esperando encontrarla cubierta de pelos. No, era yo. Era January, de nuevo. Suspiré aliviada y me giré, buscando a Sarah con la mirada entre la oscuridad que sólo unas poco efectivas luces rompían.
Al echar una mirada alrededor, me fijé: las celdas estaban abiertas. Alrededor todo era caótico y la oscuridad me inquietaba. Los investigadores estaban allí, con nosotros, y eso me hizo tomar más conciencia de la situación que todo lo demás: habíamos salido los que estábamos injustamente encerrados allí, pero ¿por qué no iba a haber gente que [i]debía[/i] estar allí? Me estremecí al tiempo que Sarah se separaba de Daniel y se giraba a tiempo para verme.