Moondale

Etiqueta: Suzanne Sommerville

  • CONGA

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    [b]Suzanne Sommerville | Club Silver {Con Diana Echolls & Silver F. Wolfe}[/b][/align]

     

    annsommervilleEl mundo, para mí, se había reducido a luces que brillaban en todas partes, deslumbrándome por momentos y haciendo que mi campo de visión se viese mermado. Tras haberme puesto a bailar con [b]John Doe[/b] (menos de diez minutos, porque las reglas no escritas de las discotecas estipulan que bailar durante más tiempo implica ganas de sexo con el susodicho) me hundí en los cálidos, ásperos y confortables brazos de tres tequilas más, que sumados a los dos que llevaba encima (y teniendo el poco aguante que tengo yo a esa bebida en particular) lograron que la palabra licantropía fuese un trabalenguas demasiado complicado y que yo volviese a ser una adolescente de dieciséis años, con cuatro más, un poco ligerita de cascos. Pero por algún motivo que tenía que ver con mi trabalenguas particular, borracha me sentía bien.

    Después de que [b]Dominic[/b] que llevase del lado de [b]John Doe[/b] y nos recluyese en el baño (donde no hicimos cochinadas, y eso que éramos unos cuantos para hacer una fiesta salvaje con despelote incluído) me entraron las ganas de fiesta. Y he de reconocer que cuando voy bebida soy como una niña pequeña. Si [b]Dominic[/b] dice [i]“no salgáis”[/i] yo tengo ganas de salir. Pero algo me dice, algo que va ligado al instinto de mi trabalenguas, que por una vez tengo que hacer caso, así que no me queda otra que respirar hondo y pasar del sentimiento de culpa que me invade repentinamente, al mismo tiempo que el subidón de alcohol se baja rápidamente hasta mis pies, porque aunque nosotros estemos a salvo… hay docenas de personas en este garito que saldrán sin ser avisados. Respiro hondo, intentando no entrar en pánico y me dejo arrastrar a la pista, donde, bailando con [b]Diana[/b], una vez la morena nos hubo abandonado por problemas con los tacones, dejo que todas mis preocupaciones se evaporen al ritmo de la música.

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  • UN AVISO

    [align=center][b]Dominic Williams | Club Silver [/b][/align]

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    No sabia si había sido por el beso, las bebidas o el estar rodeados por un montón de gente, pero notaba como mi corazón latía más acelerado de lo normal. Jamie se giro para marcharse y entonces recordé lo que me dijo John Doe. La agarre del brazo para impedir que se marchara, di un par de pasos y me acerque hasta donde estaban Silver y Diana apartando o dos tíos que tenían encima, los cuales no pusieron ninguna pega al verme completamente serio.

    [b]- Siento interrumpir vuestro bailecito, pero tengo algo que contaros, por favor vigilad que Jamie no se vaya vuelvo en dos minutos.[/b] – Diana miro a Silver con una ceja alzada y la boca medio abierta sin saber a que venia tanto misterio.

    Me acerque hasta la barra en busca de John Doe esquivando a la gente que bailaba arrimada y los vasos de volaban en las manos de la gente de un lado para otro.

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  • CRISIS DE CELOS

    [align=center][b][Jamie Smith || En el Silver ][/b][/align]

    jamiesmith

    Si el día había sido un desastre emocional en proporciones épicas, la noche había decidido seguirle el juego al día. No recuerdo casi nada, dado que mi completa borrachera no me permitía hilar nada más que algunos rostros conocidos y pocas conversaciones. Con lo cual, no entendía en absoluto mi pequeña crisis de celos al ver a Sylver y Dominic muy juntos, en la puerta del baño de mujeres del bar. Tenía ansias homicidas, por lo que tuve que ir derecho con Diana y Ann. Ambas me abrazaron y eso me reconfortó bastante. Luego se acercaron Dom y Sylver, consiguiendo que me enfadase más de lo que estaba y quisiera irme, cuando llegó alguien.

    – [i]Mes amie[/i], una reunión de excompañeros de celda. ¿Se os olvidó llamarme verdad?

    – [b]¿Y a ti quien te llamó?[/b]- pregunté, con la mala leche de antes.

    – Un viejo amigo llamado Jack…Daniels. Somos un grupo muy unido, él, Eristoff y yo somos uña y carne.

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  • COMIENDO PERDICES

    [b]~ Sylver F. Wolfe | Club Silver | Con Dominic, Diana, Jamie & Ann ~[/b]

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    [QUOTE][i]…y fueron felices y comieron perdices.[/i][/QUOTE]

    Perdices, what the fuck? Cerré el libro que habia sacado de la biblioteca. Sí, la [i]Bella Durmiente[/i]: edición para niños de tres a cinco años. Habia ido por la mañana temprano para buscar el libro perfecto que leer, no sé, algo de romance victoriano o thriller futurista, pero al leer las sinopsis me di cuenta que tendría que estar dando muchas vueltas a la cabeza sobre las cosas que sucedian en el libro, asi que opté por coger lo más tonto y rápido de leer. Como es obvio, lo he releído cincuenta veces en el día: mientras hacia la comida, me peinaba, me cambiaba la compresa, escuchaba música, etc. No es que fuese un libro muy dificil de entender, por eso lo habia cogido.

    ¿Que por qué [i]La Bella Durmiente[/i]? ¿Por qué elegir a la gandula que prefiere quedarse acostada mientras llega su principe azul? Pues porque era una petarda, como yo, y porque en algo nos pareciamos: seguimos esperando que el principe -al que le gusta llegar tarde a todos los acontecimientos- llegue de una jodida vez y nos despierte. Vale que no haya sido su culpa el quedarse dormida, fue un capricho de Maléfica. Y he llegado a una conclusión, si Maléfica la montó asi de gorda porque no fue invitada a un bautizo, ¿cómo se tomará no ser invitada a la boda? Creo que aquel dia le vino la regla.

    ¡Oh cielos! Esto no puede seguir asi. ¿Cómo es posible que haya llegado a este punto de mi vida? Questionar las acciones de los personajes Disney, cuando deberia estar por ahi, en el mundo real, ligandome al primer chico guapo que se me cruce o mantener una conversación interesante con cualquier persona medianamente interesante. Y sí, valgame la rebundancia. Esto de leer libro para niños no-lectores hace que tu vocabulario se disminuya a un 2%.

    Asi que con la misma gana que lanzé el libro por los aires, me dirigí al baño. Me duché corriendo, me peiné (o al menos eso intenté), me maquillé y escogí la ropa más ajustada que encontré a mano. No sin antes ponerme mi ropa interior de encaje, nunca se sabe cómo vas a acabar la noche. Lanzé lo necesario a un minibolso y salí de la habitación. Fue todo muy bonito hasta que me di cuenta de que iba descalza.

    [i]¡Pero qué chica más atrevida tú! ¿no Sylver? Saliendo a la calle descalza, fuerte loca. ¿Qué será lo siguiente, ¿salir sin bragas?[/i], me dije a mi misma mientras rebuscaba en el bolso, cogía la llave y abría la puerta. Decidí, por estúpida, coger los tacones más altos -y por ende, los más dolorosos; asi la próxima vez no se me olvidaban. ¡Eso sí que es tener lógica avanzada Sylver!

    Cuando estuve finalmente en la calle, me encontré con varios transeúntes que caminaban de alli a allá. Sería Miércoles, y todo lo que quieras, pero por aquí el movimiento sigue su curso. Habia decidido que no cogería el coche, por si acaso acababa borracha (que era mi intención), asi que caminé para buscar un taxi libre, cuando una voz grave y masculina captó mi atención:

    -[i]¿A dónde vas belleza?[/i]

    Cuando giré la cabeza me encontré con un chico alto, mono, montado en una Harley Davidson; de unos 27 años, o eso supuse, con una chupa de cuero y unas gafas de sol aviadoras. Lo primero que dije no lo pensé:

    -[b]¿A dónde vas tú con esas gafas cariño? ¿No ves que no hay sol?[/b]

    Él se rió, y yo le seguí el juego.

    -[i]Es para hacerme el interesante[/i]- contestó.
    -[b]Pues funciona[/b]- le dije guiñandole un ojo- [b]Ahora [/b]– me acerqué cuidadosamente al extraño- [b]podrias hacerle un favorcito a esta belleza, ¿te apetece?[/b]

    Él pareció quedarse sin palabras, no se esperaba que fuese asi de lanzada. Seamos sinceros, nadie se tira al vacío sin paracaídas si no tiene un as en la manga. Cuando estuve lo suficiente cerca de su rostro, y pude mantener el contacto visual, murmuré: [i]Amoris-non-defensare[/i], y el objetivo era totalmente mio. Tiene sus puntos buenos ser bruja, y más todavia si dominas los hechizos de admiración. Ahora el motorista-chico-sexy no se podia oponer a hacer lo que yo quisiera.

    -[b]¡Vayamos al Silver![/b]- le dije al oído, después me monté detrás, pasé mis brazos por su costado para notar los perfectos y marcados abdominales que habían debajo de aquella chaqueta, y me agarré fuerte.

    Cuando llegamos, solo me hizo falta enviarle una orden más al motorista para que se perdiese de vista y se olvidase de todo aquello. Al menos me he ahorrado el dinero del taxi.

    Entré al Silver, directa a la barra, y me pedí tres tequilas. El camarero me miró extrañado, pero obedeció. Después de aquello, lo siguiente fueron bebidas cuyos nombres no sabia pronunciar, y para cuando me quise dar cuenta ya no sentía el dolor de los tacones y me encontraba en el centro de la pista de baile rodeada de chicos. Asi estuve un buen tiempo, hasta que decidí ir al baño y mirar mi maquillaje. Además, tanta multitud en tan pocas horas era malo para mi salud.

    Justo cuando salí estaba entrando una chica ([b]Jamie[/b]) cuyo rostro me sonaba mucho; pero mis pensamientos se desvanecieron cuando me tropecé con él. Alto, fuerte y moreno. Cuando lo miré, multitud de imágenes se me pasaron por la cabeza a la velocidad de la luz. Aquel chico que me ayudó cuando salimos de nuestras celdas, y que tan bien se habia comportado conmigo. Sí, aquel cuyo nombre era…¿Dim?…¿Demetric?…¿Dominic? ¡Oh sí, [b]Dominic[/b]!

    -[b]Wow, no me esperaba a ningún chico guapo esperándome en la puerta[/b]- le guiñé un ojo a la vez que sonreía.
    -[i][b]Y yo no me esperaba que apareciese otra chica guapa esta noche[/i][/b]- contestó él. Habia olvidado aquella voz tan sexy y masculina, aunque ante todo, protectora.
    -[b]Por cómo lo has dicho supongo que no soy la única chica guapa que has visto[/b]- sonrié picaramente.
    -[i][b]Pues no, esta noche están por todas partes [/i][/b]– contestó con una sonrisa.
    -[b]Sí, pero ninguna es cómo yo[/b]- y tras esto me acerqué y le planté dos besos en las mejillas.

    Justo en aquel momento salía aquella chica que entró en el baño. Cuando me fijé en su pelo pude recordar algo más de ella. ¿Era Jamie? ¿Qué le pasaba conmigo?

    -[i][b]Perdona pero estaba esperando que saliese alguien[/i][/b] – dijo Dom sacándome de mis pensamientos. Y cuando me di cuenta se fue persiguiendo a Jamie. Y claro, en aquellas condiciones no podia perderme el primer plano que tuve de su culo. ¡Que no me entere yo que ese culo pasa hambre!

    Puedo llegar a ser una acosadora, perseguidora de culos, enterada y lo que deseen llamarme, pero prefería pasar el resto de la noche con personas que conocía -aunque evitaba tocar el tema de [i]cómo[/i] nos conocimos- que sola y rodeada de tíos sobadores. Entre más me acercaba, más caras conocidas recordaba: una de pelo castaño rojizo, una rubia y Jamie. Tenia miedo al principio, pero no podia echarme atrás.

    Quizás no era la mejor forma de saludar, o el momento oportuno, pero no podían esperar nada más de una chica que se habia pasado el dia entero leyendo un cuento para niños que casi ni han nacido.

    -[b]Hello everybody![/b]- dije, saludando con la mano muy efusivamente- [b]No sé si os conozco de algo, porque no veo ni mis tacones…[/b]- y era verdad, en aquel estado no sabia si tenia la ropa bien colocada o el pelo bien peinado.

    Me hubiese gustado un: [i]“¡Hola guapa, cuánto tiempo! ¡Cómo has crecido! ¿Has perdido peso?”[/i], pero lo que recibí a cambio fueron miradas asesinas y cejas levantadas. Bueno, mejor eso que el vacío, ¿no?

    -[i][b]Debería irme… [/i][/b]- dijo Jamie, en un intento de huir de aquella situación tan incómoda.
    -[i][b]No, no, no, no, tú no vas a ninguna parte[/i][/b]- le reprochó la rubia, mientras la agarraba y le pasaba una mano sobre los hombros. No sin antes lanzarme otra mirada ninja-asesina.
    -[i][b]No te vas, Jamie. Tú no te vas[/i][/b]- corroboró la castaño-pelirroja, que aunque su intención pudiera sonar seca, su voz fue más dulce que las otras contestaciones.

    ¡Vaya, veo que por aquí sobro! Iba a ejercer mi salida triunfal del Silver con la cabeza bien alta y los tacones rotos, justo cuando una voz nos interrumpió:

    -[i][b]Mes amies, una reunión de excompañeros de celda. ¿Se os olvidó llamarme, verdad? [/i][/b]

    Vaya, lo que faltaba, uno más que conocía nuestro pasado. Venga, vamos, llenemos el local de secuestrados. Hagamos sentir a Sylver como si estuviese en su casa. [i]¿Pues sabes lo que te digo? Ni aunque hubiese tenido tu número, te hubiera llamado[/i], o al menos eso me dije, porque justo un segundo antes se me pasó por la cabeza que decir aquello sí que habría sido meter la pata más al fondo.
    [spoiler]Cada personaje controlado por su dueño *-*
    Btw, John Doe is back guys:

    [IMG]http://i39.photobucket.com/albums/e158/dave91_album/scream.gif[/IMG]

    Vale, buscaba una excusa para poner esto xD[/spoiler]

  • FIESTA

    [align=center][b]Suzanne Sommerville | Residencia Hexe – Calles de Moondale – Club Silver
    {Con Jamie, Diana, Dominic y Silver}[/b][/align]

    annsommerville

    [align=left]Nada más llegar a la [b]Residencia[/b], me dejé caer en el plato de ducha, con agua casi hirviendo cayendo sobre mí. Pero apenas era consciente de ella. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, demasiada información para un solo día. Las palabras de [b]Ed[/b] y [b]McLeod[/b] resonaban en mi cabeza. Rebotaban unas contra otras, giraban y se aceleraban. Y yo sólo sentía tres cosas: incredulidad, desorientación y miedo. En el mundo en el que yo había vivido siempre, no existían los licántropos, no existían los vampiros, no existía la magia; sólo los cuentos que se les contaban a los niños por las noches, poblados de criaturas tenebrosas que nunca traspasaban la barrera de la realidad. Sin embargo, esa mañana, yo, [b]Ann Sommerville[/b], hija de una inmigrante francesa y un canadiense de a pie, me había despertado sintiéndose humana y en esos momentos me sentía cualquier cosa menos eso: una licántropo, mujer-lobo, como quisiesen llamarme… era una de esas criaturas que, en teoría, sólo existían en el mundo de los cuentos. Y cabía la posibilidad, tan oscura como certera, de que el “perro” que despedazó a [b]Francis[/b] no hubiese sido otro que yo. Me aferré con fuerza a mí misma y me hice un ovillo, notando como una lágrima bajaba por mi mejilla.

    Mentiría si dijese que tengo miedo. La pura verdad es que estoy acojonada. Y no por mí, que al fin y al cabo, si soy una chica-lobo no puedo hacer nada por cambiar eso. Lo que verdaderamente me asusta es la posibilidad de hacer daño a la gente. Si yo maté a [b]Francis[/b], creo que más me valdría estar muerta, y si no… en cualquier momento podría descontrolarme y matar a alguien. Soy un peligro público, y por mucho que [b]Ed[/b] y [b]McLeod[/b] estén dispuestos a ayudarme, por mucho que pueda encontrar a [b]Fenris[/b] y suplicarle que me ayude a controlar mi condición, nunca nada volverá a ser como antes. He caído en una nueva realidad que no sé si me gusta. Pero es en la que me ha tocado vivir.

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  • VAMPIROS Y CHUCHOS

    [b][Maximilien || Calles de Moondale || {Con Suzanne Sommerville}][/b]

    nowrps

    Las épocas que más me gustaban, eran el otoño y el invierno. Muchos preguntarían porqué, yo sonreiría tranquilamente, me les acercaría en tono confidente, y antes de encajarles mis colmillos en sus cuellos, respondería en un suave susurro: ‘Porque los días son más cortos’. Y era la absoluta verdad; ya que en primavera y verano tengo que aguantarme esos días largos, casi ayunando, con lo cual me produce constante mal humor y estrés. Nadie debería ayunar ridículamente, por eso es que no entiendo a las descerebradas de las modelos que apenas comen para estar más delgadas, lo que en mi opinión hace que su sangre tenga sabor a asco.

    Agradecía que estuviéramos a principios de diciembre, cerca del invierno; el frío me gustaba, me mantenía vivo y ágil. Aunque confieso que las cacerías invernales eran más difíciles de concretar, dado que la comida no solía salir con frecuencia en las noches de pleno invierno. Uno debía rebuscárselas para no morir de ayuno, aunque eso incluyese beber sangre de indigentes perdidos por ahí. Mi paladar es bastante exquisito, debo admitirlo; me gusta más la sangre de chicas rubias, morenas, castañas, pelirrojas, etc. Pero conseguir una de ellas en las noches invernales de principios de diciembre era una tarea ardua. y si las conseguía, era cómo ganarse la lotería.

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  • EN SHOCK

    [b]Suzanne Sommerville | Biblioteca | {Con McLeod & Ed}[/b]

    annsommerville
    Creo que estoy en shock. Llevo un buen rato intentando concentrarme en el trabajo, pero una y otra vez mi cabeza vuelve a la cafetería, a [b]Ed[/b] y a todo lo que me ha contado. Soy un… licántropo. Soy una criatura sacada de la literatura gótica y llevada al mundo real. Los monstruos existen y yo soy una de ellos. Salvando las diferencias, soy una [b]Remus Lupin[/b] de la vida. Y aún con eso, pretendo hacer el trabajo. ¿A quién narices le importa que apruebe Filosofía si en realidad no soy más que una bestia con mucho pelo y sed de sangre?

    ¿Le habré hecho daño a alguien? Desde hace dos años me despierto desnuda y desorientada cada mañana tras la luna llena. A veces recubierta de sangre. Y si antes creía que me estaba volviendo loca y me dedicaba a vagar sin rumbo en medio de la noche, ahora que sé la verdad creo que puede llegar a ser mucho peor. ¿Y si… lo que le pasó a [b]Francis[/b] tiene algo que ver conmigo? Cierro los ojos con fuerza ante la simple posibilidad. De todas las personas a las que podría atacar, [i]porque, afrontémoslo, [b]Ann[/b], eres un licántropo descontrolado y puedes atacar a la gente[/i], [b]Francis[/b] sería, sin lugar a dudas, la que más me destrozaría si realmente hubiese sido yo. Así que sólo me queda rezarle a un Dios en el que no creo por no haber sido yo.

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  • VOLVIENDO A CONOCERSE

    [b]Edward Maclay | Cafeteria de la Universidad [color=blue]{Con Ann}[/color][/b]

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    Mire extrañado como Diana se marchaba, parecía distraída y triste, no sabia muy bien porque pero esperaba que pronto se recuperara. Ella era una brisa de aire fresco para todos con sus bromas y alegría. Tome asiento de nuevo, Ann permaneció en silencio y yo también durante un rato sin saber muy bien que decir.

    [b]- Bueno….. que tal te ha ido esta semana. –[/b] dije para romper el silencio incomodo que se había quedado.

    [b][i]- ¿Esta semana?. –[/i][/b] se encogió de hombros [b][i]- Si descontamos el hecho de que parece que me he metido en una serie que es un cruce entre Expediente X y Harry Potter y el Prisionero de Azkaban,; yo diría que me ha ido bastante bien. -[/i][/b] comenta, con una pequeña sonrisa, quitándole hierro al asunto. [b][i]- Espero que a ti también te haya ido bien, porque lo último que recuerdo fue a una chica haciendo algo estilo Lupin, y después creo que perdí la conciencia.[/i][/b]

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  • EL ENCANTADOR ED

     [b]Diana Echolls| Cafeteria de la Universidad [color=purple]{Con Ann y Edward}[/b]

    dianapensativa

    Hacía unos minutos que lo que me decía Ann se había convertido en un murmullo lejano. No es que no quisiera escucharla, es que simplemente, no podía. Miraba a la gente que entraba y salía de la cafetería esperando encontrarme con alguien aunque no sabía muy bien con quién. De pronto, Edward cruzó la puerta en dirección a la barra y yo lo seguí con la mirada.

    – [i] No me digas que acaba de entrar Lucas Scott en la cafetería y no me he dado cuenta-[/i] – Apostilló Ann al verme mirar casi sin parpadear a Edward.

    – [b]¿Has dicho algo? No me he dado cuenta, lo siento.[/b] – Me excusé como pude. En realidad, ni siquiera lo estaba viendo, sólo tenía mis ojos puestos en él pero mi cabeza estaba en otra parte y no conseguía encontrarla.

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