Diarios de Destino
[b]EPÍLOGO[/b]
[i]Sin duda, no hay cacería como la caza de hombres y aquellos que han cazado hombres armados durante el suficiente tiempo y les ha gustado, en realidad nunca se interesarán por nada más. (Ernest Hemingway)[/i]
La calma de Halloween desaparecía, y la oscuridad comenzaba a tomar el lugar que le correspondía, los cazadores habían vuelto, pero ¿quién decidía quien era cazador y quien presa?
En la residencia Universitaria Hexe, [b]Dominic[/b] se entretenía en la cancha, parecía una noche tranquila, y lo era, pero quizá demasiado. el silencio reinaba en todo el campus, hasta que se escuchó un grito a lo lejos. Al escucharlo, Dominic fue corriendo en dirección a él, y a medida que se acercaba pudo distinguir la figura de la chica que le había traído las llaves [b]Charlotte[/b] inconsciente mientras un par de hombres vestidos de negro se la llevaban. No puedo evitar gritar un «quietos», los hombres de negro giraron la vista hacia Dominic pero continuaron hacia lo que Dominic pudo ver como una furgoneta negra. Echó a correr hacia ella y cuando ya estaba llegando sintió una corriente recorriendo todo su cuerpo, pese a que la corriente hubiese dejado inconsciente a un humano normal, a él lo dejó levemente aturdido. Pudo girarse y vio a un hombre y una mujer también vestidos de negro, la mujer llevaba un táser en la mano, que utilizó para darle una segunda descarga a Dominic, que ésta vez si le dejó inconsciente. La mujer hizo unas señas a un par de hombres cercanos y se llevaron a Dominic. La mujer cogió el Walkie-Talkie y dijo: [b]Dos objetivos más capturados. El escuadrón Beta vuelve a la central.[/b]