Xander Echolls | Canton
TARDE
Cada vez quedaba menos tiempo para echar toda la leña de la Resistencia al fuego y destaparnos definitivamente. Después de eso, no habría vuelta atrás, era todo o nada. O lo conseguíamos, o nos condenábamos.
Y ahí estaba yo, observando por la ventana del comedor de la casa de mi familia en Canton mientras mi padre me observaba, atento y preocupado, sin poder dirigirme una palabra y sin que yo pudiera confiarle nada.
Mi padre se acercó y apoyó una mano en mi hombro. A ratos parecía un hombre al que la vida había vencido, un hombre que se había rendido. Pero en ese momento, su mano mostraba toda la fuerza que tenía, y que intentaba transmitirme.
Elle entró en la casa y sonrió ampliamente al vernos tan cercanos. Durante mucho tiempo, solo nos habíamos tenido a nosotros y al resto de Moondies. La pérdida de mi madre era difícil incluso para todos juntos. Verla a su lado en cada anuncio oficial hacía que se nos partiera el corazón.
Jane había sido el ancla que había evitado que me convirtiese en alguien perdido, cuya única finalidad hubiera sido hacer daño al Gobierno. Por eso la llamada que iba a recibir en ese mismo instante iba a ser tan devastadora.
– [Xander]¿Owen?[/Xander] – pregunté, extrañado, respondiendo al Omnilens. Una sensación desagradable me recorrió el estómago.
– [Owen]Tenemos un problema.-[/Owen] intentó explicar mientras su respiración se entrecortaba. Iba corriendo a algún sitio, pero no pude distinguir el fondo, parecía cualquier calle. – [Owen]Han detenido a Jane.[/Owen] – añadió. Por un instante que pareció eterno, sentí que la habitación daba un vuelco y que lo que estaba a mi alrededor se nublaba. Me forcé a permanecer atento.
– [Xander]¿Qué?…[/Xander] – pregunté, buscando una explicación mientras mi cabeza decidía qué hacer. – [Xander]¿Qué ha pasado? ¿Dónde está?[/Xander] – pregunté, sintiendo los nervios recorrerme. Mi padre y mi hermana me miraban, preocupados.
– [Owen]La han arrestado en el bar, según me ha comentado Niall, por intento de asesinato. Los sucesos ocurrieron anoche, lo cual no tiene sentido porque los tres estábamos… cenando.- [/Owen] – explicó, siempre consciente de que teníamos oídos en todas partes, especialmente en cualquier tipo de comunicación tecnológica.
– [Xander]¿Detenida por asesinato?[/Xander] – pregunté de nuevo, confuso, intentando poner en orden mis pensamientos. Jane era una de las personas más buenas que conocía, no era capaz de matar ni a una mosca.
– [Owen]Si. Presuntamente atacó a Dante Villiers.-[/Owen] respondió Owen.
Silencié el audio del Omnilens un instante y miré a mi padre y a mi hermana. – [Xander]Han detenido a Jane, por asesinato. Tengo que irme, os iré diciendo.[/Xander] – resumí como pude. Mi hermana me dio un abrazo rápido con su abrumadora fuerza.
– [Daniel]Tranquilo, hijo. Si necesitas cualquier cosa, estaremos esperando.[/Daniel] – respondió mi padre. – [Daniel]Y pase lo que pase, siempre hay alguna solución.[/Daniel] – puntualizó. Sabía perfectamente a qué se refería, pero no podía decirlo abiertamente. Su voz, igual que la de todos los Moondies, estaba «registrada». Lo que mi padre implicaba en ese momento no sería muy bien recibido por las fuerzas de seguridad. Pero si era necesario, la rescataría a toda costa.
– [Xander]No entiendo nada. Estoy cogiendo el portal más cercano.[/Xander] – afirmé volviendo a activar el sonido del Omnilens, mientras manipulaba la brújula que Vincent me había entregado cuando entré al cuerpo.
– [Owen]Nos vemos en la comisaría.-[/Owen] se despidió él, cada vez corriendo más deprisa.
– [Xander]Vigílala, Owen. Ya sabes lo que pasa con los «artificiales» y los hijos de Moondies.[/Xander] – le pedí, no sin miedo. Los Moondies eran unos expertos en miedo, y siempre habían dicho que no les habían elegido como Daë por no tener miedo, si no por enfrentarse a él y superarlo.
– [Owen]Tranquilo, no dejaré que le pongan un dedo encima… más que nada porque algunos de ellos serían los que saldrían lastimados. [/Owen] – aseguró. No dudé de su palabra, si le hacían algo a su hermana, Owen sería capaz de incendiar toda la comisaría.
– [Xander]Nos vemos allí. Gracias.[/Xander] – dije, segundos antes de dar por finalizada la comunicación. Dejé el Omnilens al máximo segundo plano que pude, ya espiaba suficiente como para darle más motivos. Después crucé el portal que me llevó a un par de calles de la comisaría de la capital.
Corrí a toda velocidad la distancia que nos separaba. Entré en el edificio pasando por todos los controles apresuradamente y apenas saludé a nadie, de todas formas, algunos de mis «compañeros» no estaban muy contentos con un hijo de Moondies en el cuerpo. Tampoco lo estaban teniendo a Vincent y Bill en él, pero no podían echarlos abiertamente.
Allí, esperando sentado en una de las incómodas sillas de plástico blanco, estaba Owen, con un café en la mano.
– [Owen]Está en la sala de interrogatorios. Xander, la han identificado con el Omnilens de Dante.-[/Owen] explicó, haciendo una pausa en la que vi su preocupación patente. – [Owen]La consideran sospechosa del resto de asesinatos similares.[/Owen] – añadió. Sentí un latigazo helado en la espalda. Si no conseguíamos que la absolvieran, la llevarían a La Inexpugnable, la cárcel del Gobierno de Zeon.
Me quedé pensativo unos instantes, paralizado por el miedo. – [Xander]Es un error, puede haber sido un «camaleón» que también tenga un poder de contacto como el suyo.[/Xander] – comenté en voz alta. Era la única explicación. Sabía que el poder de Jane estaba totalmente en su contra. Los casos que había investigado indicaban que la energía vital de las víctimas había sido absorbida mediante un poder. Era así como funcionaba el de Jane, absorbiendo el poder de la persona junto a la energía vital. Pero estábamos en Zeon, podía haber cientos de poderes que encajaran en la descripción. Pero claro, era artificial, era hija de Moondies. Tenía una diana en la frente.
– [Owen]Que crees que llevo diciéndoles todo este rato.-[/Owen] replicó, con cara de cansancio. Los dos empezábamos a temer cuál sería nuestra única opción.
– [Xander]Voy a hablar con ellos. Quédate atento…por si acaso.[/Xander] – le pedí, bajando la voz con la parte final. Él asintió y me dirigí a la sala de interrogatorios, analizando a cada una de las personas que estaban en ese momento en la comisaría.
Owen y yo estábamos en inferioridad numérica. Ambos éramos aesir, pero había varios demonios y potenciados presentes que nos igualaban o superaban en fuerza. Yo no tenía poderes ofensivos, así que solo teníamos la pirokinesis de Owen, que podían anular con alguno de los «cepos», artefactos de seguridad instalados en muchos centros oficiales.
Frente a la sala de interrogatorios, un policía montaba guardia. A través del ventanuco vi que el Teniente ‘Oblivion‘ interrogaba a Jane, con cara de asustada. El Teniente tenía el poder de manifestar los recuerdos de quien tenía delante. Sabía elegir cuáles manifestar para presionar y para hacer temblar de miedo. También para relajar, pero pocas veces le había visto usarlo así.
– [b]Hay un interrogatorio en curso, no puedes pasar.[/b] – sentenció el tipo grande de la puerta. Un pariente de ‘Titan‘, si no recordaba mal. Piel de acero.
– [Xander]Es mi pareja, déjame pasar.[/Xander] – le indiqué, mirándole fijamente.
– [b]Atrás, Echolls, ya te avisarán cuando terminen.[/b] – sentenció. Aparté la mano con la que me instaba a alejarme y respondió cubriéndose de acero y aferrándome por el cuello, haciendo que mis pies se separasen del suelo.
Por el rabillo del ojo vi a Owen ponerse en pie, pero le hice una seña para que se detuviera. Llevé ambas manos sobre el enorme brazo de ‘Steel’ y le golpeé con fuerza con ambas piernas, haciendo que cayese hacia atrás. El estrépito llamó la atención de la sala de interrogatorio, de la que salió la Sargento Marrow.
– [Marrow]¿Qué demonios pasa aquí?[/Marrow] – indicó, mostrando unos dientes afilados, cubiertos de hueso. Miró a ‘Steel’ que tenía ganas de precipitarse contra mí. – [Marrow]Tú, largo. Tú, estás demasiado implicado para estar aquí.[/Marrow] – me avisó, mientras ‘Steel’ me dirigía una dura mirada.
– [Xander]Necesito hablar con ella.[/Xander] – pedí. Marrow había sido una de las Protegidas de Z, pero era una persona bastante razonable, al menos conmigo.
– [Marrow]¿Hablar? Podrías ir a casa un mes sin sueldo por lo que has hecho. ¿Y crees que puedes pedir algo?[/Marrow] – replicó, enfadada. Tenía razón en cuanto a la suspensión, pero no me importaba. La miré fijamente. – [Marrow]Diez minutos. Si no sales, te sacaré yo misma.[/Marrow] – aseguró. Después volvió a entrar y salió junto a Oblivion, que me dirigió una mirada oscura. Se quedaron a la puerta, la espera de que cumpliese mis diez minutos.
Cruzar aquella puerta resultó más difícil de lo que habría imaginado. Podía tratar de ser todo lo fuerte que quisiera, pero mis miedos tenían fácil superarme, porque nunca se trataban de mí. Siempre temía por otros. En este caso, tenía miedo a ver el sufrimiento de Jane, la persona que más me importaba.
Finalmente, sostuve la manilla de frío metal y crucé al otro lado, a una estancia tan fría y gris como la manilla de la puerta. Jane me miró con unos ojos acuosos que apenas dejaban ver su verdadero color.
– [Xander]¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?[/Xander] – pregunté mientras corría hacia ella y me agachaba a su lado, abrazándola por la cintura.
– [Jane]No[/Jane].- respondió, negando con la cabeza. Llevé la mano instintivamente a su barriga, donde se estaba forjando nuestro futuro. – [Jane]Solo un montón de preguntas[/Jane]. – añadió. Le pasé una mano por la cara, estaba fría, no solo de la sala, también de los nervios. Temí pensar en qué recuerdos podría haber sacado ‘Oblivion‘.
– [Xander]Te sacaré de aquí. Tiene que haber algo que demuestre el error.[/Xander] – le aseguré, sin poder entrar en detalles. Había cámaras vigilando y escuchando lo que decíamos, así que no podía decirle simplemente que la sacaría de allí fuera como fuese, incluso dejando completamente de lado la ley.
– [Jane]Estoy bien[/Jane].- respondió, intentando convencerme. Jane era así, incluso cuando ella estaba en un aprieto, se preocupaba por mí, intentando que no cometiese una locura. Pero por ella, estaba dispuesto a dar hasta mi alma.
– [Xander]Todo irá bien.[/Xander] – dije tratando de tranquilizarla, aunque en el fondo también trataba de convencerme a mí mismo. Ella asintió, podía notar su corazón, que siempre latía con fuerza, más agitado de lo habitual.
– [Xander]Encontraré quién ha sido. Sea como sea.[/Xander] – le prometí. Mirándola a los ojos, supe que aunque no supiese ni siquiera por dónde empezar, tarde o temprano encontraría al culpable y se lo haría pagar. Por aquél entonces, lo que no me decía esa corazonada era que sería el culpable quien me encontraría a mí, y para entonces estaríamos en una situación complicada.
– [Jane]Gracias[/Jane].- respondió con voz derrotada.
Llevábamos demasiado tiempo soportando la sociedad en la que vivíamos. Demasiado. Eso podía estar a punto de cambiar si conseguíamos nuestro propósito, pero no podía permitir que Jane estuviese bajo custodia cuando ocurriese, podría pasarle cualquier cosa, sería rehén del gobierno y no iba a permitir que nada ni nadie me la arrebatase.
Tenía que actuar, intentar que el plan siguiera adelante, pero asegurándome de que Jane estaba en un lugar seguro. Y si no podía conseguir ambas, entonces lo tenía claro, la prioridad era ella.
Salí de la sala cuando me avisaron de que los diez minutos habían llegado a su fin y le prometí a Jane que nos veríamos pronto. Sin dirigir la mirada a nadie, Owen y yo abandonamos la comisaría. Cada uno tenía cosas importantes que hacer. Era el momento de empezar con la revolución.