Christopher McLeod | Cafeteria de la Universidad
Apuré el último sorbo de café, era el séptimo del día, y no hacía mucho que habían pasado de las seis. Aún así, ya era de noche completamente, gracias al maravilloso y atrasado horario de invierno, que nos permitía disfrutar de unas cuantas horas más de amenazas sobrenaturales para ahorrar un poco de dinero a las empresas, [i]un gran acierto[/i] pensé.
Me levanté de la silla para despejarme un poco, desde que Edward se había ido, había vuelto a la investigación sobre Mason. El panel que tenía en mi despacho estaba lleno de pequeñas anotaciones que creía importantes, aunque no estaba seguro de si acabarían sirviendo para algo. Mi mesa estaba llena de libros que había sacado de la biblioteca con la esperanza de que contuviesen la más leve información sobre enfrentamientos contra Mason. Sabía que era una pérdida de tiempo, porque todos los que se habían enfrentado a él habían caído en el intento, pero albergaba la pequeña esperanza de que alguien hubiese estado cerca de acabar con él, de que alguien le hubiese repelido de alguna forma, de encontrar el más leve detalle que pudiera servir, pero de momento, no había nada.